El coche que tenéis en vuestras pantallas es un Toyota Camry. La descripción del vídeo dice que es un Corolla, pero me decanto personalmente por un Camry. Aunque poco importa: es complicado distinguir sus formas tras el tremendo accidente que el coche ha sufrido. Todo apunta a que el coche ha impactado lateralmente contra un poste o un árbol, y no precisamente despacio. Esperamos sinceramente que nadie viajase en el asiento del acompañante de este Toyota. Todo sucedió apenas hace unos días en Pakistán.
Quizá fue un accidente legítimo, o una sesión de hagwalah con un resultado un tanto desastroso. Sea como fuere, el coche está preparado para ir al desguace. El chasis está visiblemente doblado, a la carrocería le faltan trozos y se ha doblado como quien dobla un trozo de papel para hacer con él una pelota. Parte de los airbags han saltado y la rueda trasera está destrozada. Pero milagrosamente, su grupo motopropulsor no parece demasiado afectado. Es un coche de tracción delantera, zona que ha quedado relativamente intacta.
Relativamente, porque todas sus piezas están descuadradas y sacadas de cuajo. Parece mentira que el coche se mueva por sí mismo. Quizá se dirige al desguace, pero lo más posible es que acabe siendo reparado en algún taller de dudosa reputación. Reparaciones caseras tras las que el coche jamás volverá a ser el mismo, pero en países donde la necesidad aprieta no se valora tanto la seguridad activa o pasiva.
Fuente: Carscoops
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