Toyota sabe bien lo que nos gustan estas frikadas clásicas, pequeños placeres de la vida, como ver a un deportivo de calle decorado como las grandes leyendas de la competición. Y el deportivo en cuestión, no es un deportivo cualquiera, es un Toyota GT86. Un coupé de tracción trasera al que seguro la historia acabará recompensando su osadía, la de recuperar una concepción de otros tiempos, en un momento en el que la deportividad sigue una línea muy diferente. Estos seis Toyota GT86 se presentarán de esta guisa en el Festival de Goodwood, el próximo 25 de junio. Y por si no fuera poco, estarán al alcance de los asistentes, que podrán probarlos y darse una vuelta en ellos.
Si prestas atención a estas máquinas, verás que las preparaciones han ido un poco más allá del vinilado de carrocería. Estos Toyota GT86 han rebajado su carrocería 40 milímetros y han recibido unas llantas mucho más exóticas para asemejarse aún más a la leyenda de la competición de la que se derivan.
Ahí está el Castrol Toyota Celica GT-Four con la famosa decoración en rojo y verde sobre blanco de Castrol, en honor al coche de los años noventa en el que Didier Auriol venció en el Tour de Corse.
En rojo, con capó negro, se las trae el homenaje al Toyota Celica 1600 GT de Ove Andersson, con el que se sentaron las bases del equipo Toyota Team Europe, participando en el 1972 Daily Mirror RAC Rally.
En amarillo y con el capó verde, el Yatabe Speed Trial Toyota 2000GT, que batió récords de velocidad y resistencia en una prueba de 72 horas en el circuito japonés de pruebas de alta velocidad de Yatabe (1966).
También ese Toyota GT86 con decoración de tigre, en recuerdo al Esso Ultron Toyota Supra, uno de los coches más llamativos del campeonato de turismos japonés, en los que Toyota estuvo presente desde 1996 a 2006.
En blanco y azul, tenemos el homenaje al Shelby Toyota 2000 GT preparado por Carrol Shelby en Estados Unidos, para poner a finales de los años sesenta a los europeos y americanos contra las cuerdas. En rojo con franjas amarillas, el homenaje al IMSA GTU Toyota Celica, el primer Toyota en competir en Norteamérica bajo el sello de Toyota Racing Developments.
No sabemos que sucederá después con estos coches. Apostaría a que acabarán en alguna colección, ya sea de la propia marca, o de algún cliente privado. ¿No crees? Quién sabe si incluso llegaremos a verlos en alguna subasta…
El caso es que la idea de un Toyota GT 86 con la decoración de Castrol me ha parecido suficientemente suculenta como para reconocer que merezca la pena gastar un buen dinero en una edición especial vestida de esta guisa. ¿Quién podría resistirse a ello?
Fuente: Toyota
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