No puedo hacer otra cosa que congratularme por el hecho de que Toyota siga viendo futuro en la combustión interna. Y aún más si eso implica sacar adelante un proyecto tan atrevido e interesante como el hecho de emplear el hidrógeno en un motor de combustión interna.
Ni gasolina, ni diésel, este motor funciona con hidrógeno
Aún me alegra más la estrategia seguida por Toyota para abordar este proyecto. Lejos de trabajar sobre un prototipo de coche de calle, Toyota ha desarrollado un deportivo de carreras que no se mueve por gasolina, ni por diésel, ni almacena energía en unas baterías, sino que emplea hidrógeno en un motor de combustión interna para moverse. La competición es un escaparate perfecto para esta tecnología y aún mejor para ponerla a prueba y desarrollarla.
Por si no fuera poco, el motor de hidrógeno de Toyota también se está desarrollando incrementalmente. Lejos de haber creado un motor perfecto, y sin fallos, desde cero, Toyota está desarrollando un coche – un GR Corolla de carreras – capaz de moverse con combustión de hidrógeno mediante prueba y error, en un aprendizaje continuo. Cada error cometido no es un contratiempo para el proyecto, sino una oportunidad para aprender y seguir valorando si el hidrógeno como combustible tiene futuro. Una estrategia que no difiere mucho de la seguida por algunos de los grandes proyectos llevados a cabo por la humanidad, incluidas algunas misiones de los albores de la Carrera Espacial.
El reto de crear un coche con motor de combustión de hidrógeno
Tiempo atrás ya hemos analizado los grandes retos que habrían de superarse para lanzar un coche – de calle o de carreras – con motor de combustión de hidrógeno. Toyota yo se ha librado de dificultades, como fugas, averías, y algún incendio, derivados de la complejidad de trabajar con la combustión de hidrógeno – no confundir con la pila de combustible en la que el hidrógeno no pasa por un motor de combustión interna sino que se convierte en electricidad para mover un motor eléctrico – y las exigencias de la competición de resistencia.
- Entre los puntos de mejora, Toyota acaba de anunciar el empleo de una nueva bomba de combustible, que esperan dure las 24 horas ininterrumpidas que tendrá que estar rodando en las 24 Horas de Fuji de 2024. En la carrera del año pasado Toyota tuvo que realizar dos cambios de bomba, empleando un total de tres en la carrera y estimando por lo tanto su vida útil en 8 horas.
… y de almacenar el hidrógeno
Entre los grandes retos que afronta la combustión de hidrógeno, la necesidad de almacenar suficiente hidrógeno para ofrecer una autonomía razonable. El hidrógeno ha de almacenarse en estado gaseoso o líquido, presurizado, y este último mantenido a temperaturas inferiores a -253ºC para evitar la evaporación natural en el depósito, con todo lo que eso implica.
- Toyota comenzó este proyecto con hidrógeno gaseoso en 2022, apostó por el hidrógeno líquido en 2023, y ahora ha diseñado un nuevo depósito con el que esperan conseguir una autonomía 1,5 veces mayor, de manera que los repostajes que hace un año se hacían cada 20 vueltas ahora se puedan hacer cada 30 vueltas. El hidrógeno líquido y el nuevo diseño de depósitos, de sección ovalada y no en cilindros de sección circular, permite duplicar la autonomía con respecto a los depósitos de hidrógeno en estado gaseoso empleados inicialmente.
Carrera | 24h Fuji 2022 | Fuji Final 2023 | 24h Fuji 2024 |
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Estado del hidrógeno | Gaseoso (70 MPa) | Líquido | Líquido |
Volumen depósito | 180 litros | 150 litros | 220 litros |
Masa hidrógeno | 7,3 kg | 10 kg | 15 kg |
Vueltas (Fuji) | 12 | 20 | 30 |
Autonomía | 54 km | 90 km | 135 km |
Un coche que captura CO2 del aire
- Toyota aún nos ha reservado otra sorpresa. Los motores de combustión interna requieren grandes volúmenes de aire, en admisión, y necesitan disipar altas temperaturas, que son precisamente dos ingredientes perfectos para desarrollar una técnica de captación de CO2 del aire. Toyota ha estado trabajando desde el pasado año en un sistema que hace que su deportivo de carreras de hidrógeno filtre el aire, captando CO2 y que a partir de ahora lo hará gracias a un dispositivo automático que rota el filtro, en lugar del sistema empleado hasta ahora que requería activar manualmente los procesos de absorción y separación del CO2.
Esto significa que un coche de combustión de hidrógeno como este, que funcionase con hidrógeno verde, de origen renovable, no solo podría conseguir que sus emisiones netas de gases de efecto invernadero sean nulas, sino que incluso su uso permita un cálculo neto negativo, gracias a su capacidad para «limpiar el aire» de CO2.
¿Veremos algún día un coche de combustión de hidrógeno?
Los retos que han de afrontarse para poder conseguir que un coche pueda moverse gracias a un motor de combustión interna alimentado por hidrógeno como combustible no parecen sencillos, e incluso tan limitantes como para pensar que algo así difícilmente podría ser viable.
En cualquier caso, proyectos como el de Toyota nos permiten soñar con la posibilidad de que el hidrógeno pueda tener futuro como combustible, aunque sea en proyectos de competición o en vehículos con un enfoque muy exclusivo y deportivo.