La imagen que abre este artículo corresponde a un Dodge Challenger – o un Plymouth Barracuda, no está claro – altamente modificado para el drag racing, duelos de aceleración muy populares en Estados Unidos. ¿Véis el boquete que se ha abierto en su puerta derecha? No, nadie le ha dado un golpe. Un trozo de su caja de cambios no pudo soportar la potencia del motor y dijo basta, atravesando la propia caja de cambios, el suelo del coche y la puerta. Por fortuna salió por el lado del coche que estaba vacío, sin impactar con nadie.
Sólo de pensarlo me dan escalofríos. Al parecer, el propietario del Challenger lo habría sometido a importantes modificaciones mecánicas sin aplicar los debidos refuerzos a la caja de cambios. Si tu motor tiene 1.000 CV y más de 1.000 Nm de par motor – cifra nada extraña en coches sobrealimentados dedicados al drag racing – no deberías llevar una caja de cambios preparada para soportar sólamente la mitad de dichas cifras.
Y si está preparada para ello, recuerda el tremendo esfuerzo mecánico al que se somete en cada salida. Por eso es recomendable añadir planchas adicionales de acero de «escudo» para las cajas de cambios. Es una modificación habitual en este tipo de coches, para prevenir desastres como el de estas imágenes. Creo que a alguien se le han quitado las ganas de competir por un tiempo en carreras de aceleración.
Fuente: Just a Car Guy
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