Dicen que hay que predicar con el ejemplo, el buen ejemplo, se entiende. Y lo sucedido hace unos días en Valdemoro (Madrid) no parece precisamente una forma de dar buen ejemplo a los ciudadanos. El pasado 19 de junio se producía un accidente, aunque no parece que revistiera gravedad, en el que se veían implicado dos automóviles. Uno de los coches, un Renault Mégane registrado como vehículo oficial y adscrito a la Jefatura Central de Tráfico, se daría a la fuga sin tramitar el pertinente atestado por accidente de circulación. Un asunto delicado, especialmente si se tienen en cuenta las sospechas que desde el propio cuerpo de la Guardia Civil se han hecho públicas. Este coche es habitualmente conducido, «casi en exclusividad», cita la UniónGC, por el Capitán Jefe del Subsector de Tráfico de Madrid Sur.
Dentro de un asunto tan preocupante como este, hay sitio para la esperanza. Ante unos hechos tan polémicos, al menos hemos de congratularnos del trabajo de la Unión de Guardias Civiles, que no han dudado en hacer público el suceso para denunciar lo que está sucediendo (ver comunicado de la UGC). Creo que ese sí es el mejor ejemplo que pueden dar a los ciudadanos, y una forma de demostrarnos que aún hay gente que se enfrenta a sus superiores para preservar la honorabilidad del cuerpo.
El otro vehículo implicado no solo habría tenido tiempo de identificar la matrícula del coche con el que sufrió el percance, para tramitar la correspondiente denuncia, sino también de identificar a los dos ocupantes del vehículo, un hombre y una mujer.
¿Habrá investigación? ¿Se depurarán responsabilidades? Esperemos que sí…
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