Salta a la vista que estoy probando un Opel. El ordenador de a bordo de iluminación anaranjada, y esa distribución de la información, delata sus orígenes. El consumo medio, de 6.3 litros/100 kilómetros, delata que he estado callejeando un buen rato; pero la velocidad media no oculta que también he conducido fuera de la ciudad y que además he sido bastante indulgente con mi pie derecho, porque este diésel con un trato normal hace medias muy inferiores a esta. Pero de lo que quiero hablaros es de esa muesca naranja que aparece en el velocímetro, al filo de los 130 km/h, la misma que vemos a 30 km/h y a 50 km/h. ¿Por qué hay un indicador anaranjado a la altura de los 130 km/h?
Sucede que este coche es alemán, pero también que los 130 km/h son prácticamente un estándar de la velocidad máxima en las autovías y autopistas de buena parte de Europa, en los países más importantes del continente, o al menos en aquellos que utilizan el Sistema Métrico Internacional.
La muesca no es ni mucho menos necesaria, ni cambiará tu forma de conducir, pero sí es una referencia interesante para saber a qué velocidad debes circular. En España, podríamos tomarla como referencia para saber que de ahí no podemos pasar sin arriesgarnos a una multa, aunque con la aplicación más reciente de los márgenes de error, si te acercas a esa muesca ya estarías jugando con fuego.
Esa forma de ajustar el velocímetro a los límites locales es muy común también en fabricantes italianos y franceses, como Peugeot (véase el velocímetro del Peugeot 2008) o Fiat (ver imagen superior del Fiat 500L). Ocupar las decenas impares, del 110, del 130, también resulta útil para los límites de 110 km/h en carreteras principales y 130 km/h en autopistas que frecuentan nuestros vecinos del Norte.
Yo creo que algún día la lógica hará que nuestros gobernantes estimen oportuna una limitación máxima común en carreteras que cumplan con ciertas condiciones, que puedan recibir la definición de autovía o autopista. Al menos en países que cuenten con este tipo de carreteras y su orografía y meteorología lo permita, algo más complicado en algunas islas y en algún país del norte de Europa.
Adaptarse a los límites de cada país no debería entrañar ningún problema y la curiosidad de los velocímetros de Opel o de los coches franceses no es más que eso, una curiosidad anecdótica. Pero sí un claro ejemplo de que en materia de legislación vial el Parlamento Europeo debería servir para establecer ciertas medidas comunes para toda la Unión Europea, ¿no crees?
En Diariomotor: Tabla de sanciones por exceso de velocidad
