No es nada raro que en internet surjan vídeos, a menudo morbosos, en los que se muestran accidentes de tráfico con consecuencias fatales, heridos graves, e incluso fallecidos. Tampoco que esos vídeos hayan sido grabados desde el coche accidentado, o incluso nos muestren los últimos instantes de vida de los ocupantes. Más extraño es que sea la propia policía la que divulgue el vídeo. Y aún más que sean las familias las que impulsen su divulgación. La policía de Sussex, al sur de Inglaterra, publicaba estos días el vídeo en el que se veía a dos chavales ebrios, y evidencias de que circulaban muy rápido, hasta que el vídeo quedaba interrumpido por un gran estruendo y un fundido negro. Un final que recuerda al de una famosa serie de televisión. Y un final que por desgracia no era ficción, los dos chavales habían fallecido, prácticamente en el acto.
El vídeo original ya ha superado los 6 millones de reproducciones en unos días. Eso sin tener en cuenta la cantidad de copias que ya circulan por Youtube. Si querían alcanzar una gran difusión publicándolo, parece que lo han conseguido.
El vídeo estaba grabado en el teléfono móvil de uno de los chavales, que apareció bajo un árbol en la escena del accidente. Kyle Careford, de 20 años; y su amigo Michael Owen, de 21, conducían un Renault Clio tras haber tomado – según las autoridades – una combinación de drogas ilegales y drogas que requieren prescripción médica. Kyle, que no tenía carné de conducir y conducía sin seguro, estrelló el Renault Clio de su amigo contra el muro de una parroquia.
La razón por la cual la policía de Sussex divulgó el vídeo (ver nota de prensa), por supuesto contando con el consentimiento expreso de la familia, no era otra que recordar los peligros de todas las infracciones e irresponsabilidades que cometieron estos chavales. Empezando por el hecho de conducir sin carné, en lo que aparentemente parecía una lección de conducción inapropiada. A eso se sumó el efecto de las drogas y el exceso de velocidad.
Ahora su familia se ampara en el hecho de que, con que este vídeo consiga evitar que una sola persona fallezca en circunstancias similares, habrá merecido la pena hacerlo público (ver el vídeo superior del reportaje de la BBC). Algo que sinceramente les honra, porque si ya es duro perder a un ser querido en un accidente de tráfico, aún lo es más ver el momento en el que se produjo el accidente y que millones de personas hayan sido testigos también del suceso.
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