Aunque en su día llegaron a tener, incluso, mala fama, los airbag son uno de los elementos de seguridad que, junto con los cinturones, más vidas salvan cada día. El inflado de un airbag es violento, pero ha de ser así. El funcionamiento de un airbag se basa en que este se despliegue en apenas 30 milisegundos para absorber la energía cinética que se despliega en un impacto y que, con un efecto de rebote, hace que nuestro cuerpo se desplace. De esta forma, el airbag se detona mediante un sistema pirotécnico, formando una bolsa de aire que evitará, por ejemplo, que nuestra cara impacte contra el volante. ¿Y cómo es ese proceso en un vídeo a cámara lenta?
Los chicos de Warped Perception, que hace días nos mostraban el interior de un motor de cuatro tiempos en funcionamiento, ahora han querido ir más allá investigando cómo funciona el despliegue de un airbag, y mostrarnos el proceso a 15.000 fps. Y es que la única forma de comprobar realmente cómo se produce el despliegue de un airbag pasa por grabar el proceso con una cámara súper-lenta.
Entre que se detecta un impacto y se ordena la detonación de un airbag pasan entre 15 y 30 milisegundos. Y entre 20 y 30 milisegundos desde que se ordena la detonación, el airbag ha de desplegarse a velocidades superiores a 250 km/h. A lo sumo, como es el caso del vídeo que os traemos, ese proceso podría dilatarse a unos 200 milisegundos. De su efectividad en el despliegue depende que la bolsa de aire recoja nuestra cabeza, y evite que choque contra un panel, contra la luna delantera, o contra el volante. Ver cómo funciona un airbag.
En el vídeo también vemos cómo, tras la detonación, el airbag produce un olor fuerte, que proviene de los componentes implicados en la detonación del airbag. También cómo el airbag, ya desinflado, está muy caliente. Y la resistencia del material textil con el que se construye el airbag, que también es sumamente importante para evitar que la violencia de su despliegue lo rasgue, y no cumpla su función.
Estas cuestiones son la razón por la cual, tras un accidente, el airbag puede producir quemaduras y erosiones en la piel. Pero estaréis conmigo en que esas heridas – y siempre y cuando no vayan a más como consecuencia de un airbag defectuoso, como en el caso de los airbag Takata – es un mal menor cuando se trata de evitar los graves daños que se hubieran producido si nuestra cara, o cualquier otra parte de nuestro cuerpo, hubieran chocado con los elementos rígidos que protege el airbag.
Y para muestra de lo que sucedería si no se despliega correctamente un airbag, otro vídeo que ya vimos hace tiempo probando un airbag que no se despliega a tiempo con una sandía.
Vía: Motorpasión
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