Nos hemos vuelto a poner tras el volante del Alfa Romeo 4C, pero en esta ocasión el escenario elegido ha sido el circuito del Jarama. Ya te hemos contado todas las impresiones, puedes leerlas en el artículo “Alfa Romeo 4C, prueba en circuito: una cita en el Jarama”, ahora es el momento de acompañarlas con un breve vídeo de un par de vueltas al trazado madrileño y de paso comprobar ese grave sonido y los soplidos del turbo que llegan, prácticamente sin filtros, hasta el habitáculo.
Un eficaz paso por curva, un chasis rígido capaz de digerir con entereza, inmutable, cada curva acompañando por una excelente dotación de frenos, unas firmes suspensiones y un muy buen empuje desde bien abajo acompañado por todo un cúmulo de sensaciones que hacen de la conducción del 4C toda una adictiva experiencia a la que me debo confesar “enganchado”. Incluso le terminas cogiendo cariño al sonido “gordo” de su propulsor que aunque poco refinado, nada que ver con los antiguos V6 de la marca, te zambulle aún más en la experiencia a base de soplidos llegados desde su sobrealimentación.
Con el tiempo justo y teniendo que sacar conclusiones sobre su dinámica en pista, para contároslo en la prueba, no era la ocasión de rodar demasiado a fondo, buscando los límites e intentando batir marcas personales.
No te pierdas todas nuestras impresiones en el artículo “Alfa Romeo 4C, prueba en circuito: una cita en el Jarama” y si te has quedado aún con ganas de más puedes leer nuestra prueba, más allá del circuito, en el artículo “Alfa Romeo 4C a prueba: Con el corazón, Alfa Romeo”.