La bestia de Turín es uno de los coches más interesantes en existencia. Se trata de un Fiat S76 del año 1911, fabricado con el único propósito de batir récords de velocidad. Tras más de un siglo abandonado y desmontado, un grupo de fanáticos de la mecánica clásica lo resucitaba en Reino Unido, donde se convertía en una de las estrellas del Goodwood Festival of Speed del año pasado. Si por algo destaca, es por su gigantesco motor, un cuatro cilindros de nada menos que 28,5 litros de cilindrada, capaz de escupir fuego.
En su momento, logró alcanzar una velocidad máxima de 290 km/h. Parece increíble que el Fiat S76 pueda circular legalmente en carretera, ya que escupe fuego y su motor va a escape libre, emitiendo un estruendo difícilmente soportable. El vídeo que recogemos a continuación relata su viaje de 250 kilómetros por carreteras inglesas, desde Bristol hasta el Goodwood Festival of Speed. Un pequeño roadtrip, que ha sido el viaje más largo del coche en un siglo, además de una experiencia difícil de describir.
Un episodio curioso se produjo en una gasolinera, donde el coche tuvo que entrar empujado por el equipo de Duncan Pittaway. ¿El motivo? Las explosiones del escape de la bestia de Turín comprometían la seguridad de un ambiente altamente inflamable. Aunque las toneladas de par motor del Fiat S76 le permiten circular sin problema en autopista, fue el tráfico cerca de Goodwood el que provocó una avería en el embrague del coche, que provocó su inmovilización y vuelta a casa en grúa. Al fin y al cabo, es un coche de 105 años de edad.
En Diariomotor: