Ayer ya os hablábamos del respeto que hay que tener a un superdeportivo en circuito, un respeto que ha de ser mayor, indudablemente, en carretera. Y si no que se lo digan al protagonista de este vídeo, a los mandos de un Ferrari F430, que en una prueba en los alrededores de Maranello se llevó el que probablemente fuera el susto de su vida teniendo que practicar una esquiva con un coche muy lento a modo de obstáculo y coches en sentido contrario.
En este vídeo hay un gran problema que lleva a la situación de riesgo, aunque no es el mayor, la velocidad del conductor del Ferrari F430 que subió el vídeo a Youtube. Según apuntan en Carscoop, el conductor alega que el coche con el que se encuentra, circulando tan lento, se incorporó a la carretera sin respetar la prioridad. Esa es la razón por la que no reacciona antes. Esa es la razón por la que ha de practicar una esquiva invadiendo el carril contrario, y obligando al conductor que viene en sentido contrario a meterse en el arcén para evitar un choque que seguro hubiera sido bastante duro. Hay que tener en cuenta que lo normal es que en un accidente confluyan varios factores que lo provoquen, y que impidan resolverlo, y este es el mejor ejemplo de ello.
La cuestión es que un coche que se incorpora sin mirar a la carretera no siempre es una excusa. Y que en el momento en que excedemos, y mucho, el límite de velocidad de una carretera, estamos expuestos a encontrarnos con coches que circulan muy lentos. Estamos expuestos a que ante una situación de emergencia, incluso conduciendo un deportivo con un equipo de frenos espectacular, no seamos capaces de reaccionar con tanta premura. Y yo creo que esta es la mejor lección que podemos extraer de este vídeo y en la que debemos pensar cuando consideremos que podemos llevar el control de nuestro coche a gran velocidad. Es una lección que tienen muy bien aprendida en otros países, por ejemplo Alemania, donde gozan de muchos tramos de autopista sin límite de velocidad.
En definitiva, la mejor salvada es no tener que hacer una salvada. ¿No crees?
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