¿Por qué razón alguien podría querer trasplantar el motor de un Ferrari a un Toyota GT86? La respuesta la tienes en este vídeo. El tiempo pasa muy rápido. Y hace seis años Toyota y Subaru presentaban uno de nuestros coches favoritos, el Toyota GT86 (y su hermano el Subaru BRZ). Así nacía uno de los coupés más divertidos, en el entorno de los 30.000€, que hayamos probado. Un coche que por muchas razones había sido pensado para ser disfrutado de lado. De manera que si bajo el capó introducimos un motor V8 de 570 CV de potencia de un Ferrari 458 Italia, el resultado ya te lo podrás imaginar.
El responsable de esta locura fue Ryan Tuerck, uno de los reyes del drifting. Pensó que sería una gran idea crear la máquina de drifting definitiva, un ligero y compacto Toyota GT86 con un motor V8 bajo el capó, que es un decir, porque su tamaño le obliga entre otras cosas a rodar con el motor al descubierto, con sus inmensas bancadas con cubierta roja al aire. El resultado es demencial. No solo estamos ante un deportivo de tracción trasera y 570 CV de potencia, sino también ante un coupé japonés con el motor de un Ferrari capaz de subir más allá de las 8.000 rpm.
Desde que Ryan Tuerck comenzase con su proyecto, los chicos de Donut Media estuvieron siguiéndolo muy de cerca. De manera que no nos puede extrañar que también estuvieran presentes cuando el bueno de Ryan lo terminase, y decidiera sacar su máquina a pasear y a deslizar en circuito.
El vídeo, grabado en Willow Springs es un deleite para la vista y el oído. Rugidos por doquier, y un olor a goma quemada que es posible que, por engaño de los sentidos, seas capaz de oler en tu casa. Un vídeo en el que también estuvo presente otro de los reyes del drifting, Chris Forsberg y uno de sus Nissan 370-Z preparados (en su garaje hay alguno con más de 1.000 CV de potencia).
Sin duda, un gran regalo de Reyes el que nos ha dejado Donut Media.
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