Hay cientos, miles de corrientes estéticas en este extenso mundo del automóvil que disfrutamos día a día. Los wraps – o vinilos de carrocería – son una de las opciones más sencillas de cambiar al completo la apariencia de tu coche. Además de proteger la pintura, son personalizables y su coste es razonable: entre 500 y 1.000 euros según calidad y complejidad de la instalación. La propuesta de WrapZone puede no ser apta para todos los públicos: ¿de verdad querrías que tu Porsche 911 GT3 RS pareciese viejo y oxidado?
WrapZone ha iniciado un proyecto denominado #PaintIsDead – la pintura está muerta – y han comenzado a aplicar vinilos que hacen parecer a los coches oxidados, ajados, desgastados por el tiempo. Estos vinilos han sido diseñados por otra empresa escandinava llamada Skeeple, e imitan los colores de Martini Racing… si hubieran pasado una década a la intemperie en un clima húmedo. El resultado final es ciertamente llamativo, aunque entendemos que no necesariamente es del gusto de todos.
Tiene que ser curioso ver cómo esta bestia de 500 CV de potencia aniquila a todo coche que se encuentra en su camino, pareciendo viejo y corroído. Esa es la gracia de los vinilos, además de sus enormes posibilidades de personalización. Personalmente, me quedo con el Dodge Charger tipo «Dukes of Hazzard» de la imagen tras estas líneas. ¿Qué os parece? Ah, una última curiosidad, ¿sabíais que fue WrapZone la empresa que viniló el difunto Audo RS6 DTM de Jon Olsson?
Fuente: GTSpirit
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