¿Qué tienen las furgonetas Volkswagen que tanto nos gustan? Las furgonetas Volkswagen, en sus diferentes variantes, pero sobre todo las de primera y segunda generación (conocidas coloquialmente como T1 y T2), se han convertido en un objeto de culto entre amantes de los clásicos. No hay más que ver el precio que pueden alcanzar en muchos casos algunas unidades en buen estado de conservación. Es por eso que una creación tan exótica y atípica como esta, en la que se ha reducido la batalla de una furgoneta Volkswagen para darle una apariencia incluso infantil y transformarla en lo que denominan como una VW Shorty Bus, planteaba todo un reto para el equipo de Gas Monkey Garage, que mostraría el trabajo de restauración en un episodio de la serie Fast N’ Loud.
Tal y como contaban en Silodrome, se tiene constancia de furgonetas Volkswagen «encogidas», con un profundo trabajo de chasis, desde los años ochenta, o incluso antes, asociadas a la cultura del automóvil californiana. Las furgonetas Volkswagen, por si no fuera poco, también jugaron un rol fundamental en la cultura hippie. Su fama actual, en parte, se debe a la imagen de furgonetas transformadas y decoradas con motivos hippies que nos transportan a aquellos años de Flower Power y de festivales multitudinarios, en el Verano del Amor, bajo los pegadizos riffs de Jimi Hendrix, y la voz cazallera de Janis Joplin.
Por su aspecto, esta furgoneta Volkswagen no parece muy estable, y segura, pero imaginamos que no dejará desapercibido a cualquiera que se encuentre con ella.
Como ya os decíamos anteriormente, tras rescatarla en un estado bastante precario, el equipo de Gas Monkey Garage se propuso restaurar esta furgoneta. Dicen que el trabajo fue intenso y complicado, entre otras cosas porque el hecho de no partir de cero, y de empezar con una furgoneta que ya había recibido una preparación tan compleja como esta, exige ser doblemente cuidadoso a la hora de comprobar que la preparación se hizo correctamente. De hecho, uno de los trabajos más complejos de la restauración fue el de reforzar chasis y carrocería.
Bajo el capó, instalaron un motor de 2.0 litros asociado a un cambio de cuatro relaciones. De manera que esta furgoneta Volkswagen, o VW Shorty Bus como prefieren denominarla sus creadores, es plenamente funcional, aunque se comercialice como una preparación para exhibiciones.
La furgoneta sería vendida por Barrett-Jackson en Las Vegas estos días, con un precio de 33.000 dólares, más de 30.000€ al cambio actual.
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