Porsche es un fabricante alemán de vehículos de corte deportivo, quizás uno de los más conocidos del mundo y, con diferencia, el que más vehículos vende cada año. Su nombre se debe al apellido de su fundador, Ferdinand Porsche, ingeniero alemán que en los años treinta creó la marca para trabajar en desarrollos tan importantes como el diseño del Volkswagen Beetle. Un trabajo que finalmente desembocaría en el lanzamiento de los primeros coches con su apellido, tras la Segunda Guerra Mundial.
Porsche nació en una situación mucho menos glamurosa que la actual. Los primeros Porsche nacieron en un sencillo aserradero en Austria, en el que se construyeron los 50 de Gmünd.
En aquellos años, la familia Porsche además tuvo que afrontarse a no pocos problemas legales, como consecuencia del fin de la Segunda Guerra Mundial, y los encargos industriales en los que participaron en el III Reich, en unos tiempos en los que toda la industria alemana trabajaba a destajo para alimentar la maquinaria militar y las aspiraciones de conquista del nacionalsocialismo.
Los lazos entre Porsche y Volkswagen se remontan por lo tanto a los inicios de la propia marca y se han prolongado hasta nuestros días, en que Porsche es una de las filiales del Grupo Volkswagen. Los primeros desarrollos de Porsche no hubieran sido posibles sin usar la base del Volkswagen Escarabajo. Su configuración de motor bóxer en posición trasera ha permanecido hasta hoy en día como seña de identidad inseparable a Porsche. El Porsche 356 fue el primer producto de desarrollo propio de Porsche, aún fuertemente inspirado en el Escarabajo.
En 1963 se lanzó al mercado en 911, un deportivo más grande y desarrollado íntegramente por Porsche. Aunque Porsche ya tenía la capacidad de desarrollar vehículos 100% propios, siguió colaborando con Volkswagen en coches como el Porsche 914, el Porsche 924 o más recientemente, coches como el Porsche Macan o el Porsche Cayenne, desarrollados en la órbita del Grupo Volkswagen. Volviendo al pasado, uno de los eventos que catalizó el crecimiento de Porsche fue el desarrollo de los Porsche 917. 25 coches desarrollados por un prometedor ingeniero llamado Ferdinand Piëch – que terminaría siendo el máximo dirigente del imperio Volkswagen décadas después – que pondrían a Porsche en la cresta de la ola de la tecnología, liderando desde entonces carreras de resistencia como las 24 Horas de Le Mans.
Durante los años 70, Porsche sabía que no podía vivir sólamente de coches como en 911, desarrollando una nueva familia de deportivos modernos, de tracción trasera, motor delantero refrigerado por agua y una caja de cambios en posición transaxle. El Porsche 924 fue desarrollado en colaboración con Audi, siendo los 944 y 968 – sus sucesores – desarrollos propios, al igual que el Porsche 928, un super GT de altos vuelos con motor V8. No es ningún secreto que los Porsche modernos no hubiesen sido posibles sin el 959, el oráculo de los superdeportivos modernos: aunque fue lanzado en 1986, ya disponía de un sistema controlado electrónicamente de tracción total, y un motor biturbo de refrigeración líquida. Su valía fue demostrada completando el Dakar, una de las carreras más duras y exigentes del planeta.
La gran revolución llegó en los años 90, impulsada por la mismísima Toyota, que aplicó a petición de Porsche su esquema just-in-time y su férreo control de la calidad. Una revolución necesaria en una Porsche cuya gama estaba anticuada y cuyas ventas llevaban años en declive. El primer coche de la Porsche moderna fue el 996, el primer 911 con motor refrigerado por agua. Un sacrilegio para los puristas, pero el coche que abrió la puerta de Porsche al futuro. Además del 911, a finales de los años noventa se lanzaron los Porsche Boxster, deportivos descapotables de motor central e innegable atractivo estético.
Pero sin duda, el proyecto que transformó a Porsche en una de las marcas más rentables del mundo, fue el proyecto Cayenne. El Porsche Cayenne nació en 2003, escandalizando a los puristas, pero vendiéndose como «churros». Era un todocamino, pero tenía grandes habilidades todoterreno y era muy efectivo sobre el asfalto, con versiones Turbo de más de 450 CV de potencia. En cierto modo podríamos decir que fue el primer SUV deportivo de la era presente. El Cayenne también fue el primer Porsche en equipar un motor diésel, para el escarnio de los puristas… y la alegría de los accionistas de la marca alemana.
En 2009, gracias a los fondos obtenidos por el Cayenne, Porsche lanzó el Panamera, una berlina de cuatro puertas y diseño dinámico. En 2014 llegó al mercado el Porsche Macan, un todocamino mediano, que ha supuesto un revulsivo comercial para Porsche, convirtiéndose en su producto más vendido. A día de hoy, Porsche es una marca en la que dos de cada tres coches vendidos son todocaminos. La apuesta por la electrificación es la clara apuesta de futuro de Porsche, con versiones híbridas enchufables de sus modelos más vendidos y el lanzamiento en 2019 del Porsche Taycan, su primer coche 100% eléctrico.
Modelos históricos de Porsche
Porsche 356: el origen
Aquel primer modelo no era otro que el Porsche 356, un biplaza con motor posterior, herencia directa de la arquitectura del Beetle. Un modelo que definiría la filosofía Porsche y algunas claves que se conservan aún hoy en día, como su motor posterior – que también define al Porsche 911 – o los motores bóxer, de cilindros pares enfrentados.
Porsche 911: icono y leyenda
Al 356 le sucedería el Porsche 911, un modelo que lleva en los concesionarios más de medio siglo. Más sofisticado, y deportivo, conservaría su motor posterior, su bóxer – ahora de seis cilindros – e incorporaría dos prácticas plazas traseras. En estos más de 50 años, el Porsche 911 ha seguido fiel a su filosofía, la del motor posterior, y a sus bóxer de seis cilindros. Por el camino, fruto de la evolución natural de la industria, sí han quedado algunas características de las primeras generaciones del 911 que hacen de ellas un objeto de deseo, como los motores refrigerados por aire.
Desde su lanzamiento, el Porsche 911 ya ha vendido más de un millón de coches. Una cantidad espectacular, a tenor de que siempre fue un deportivo de altas prestaciones y muy exclusivo. Es el verdadero deportivo de Porsche, el más tradicional, el más popular, y el que mejor asociamos a la imagen de Porsche. Durante más de medio siglo, Porsche se ha mantenido fiel a una filosofía anacrónica, la de crear deportivos con motor trasero.
Mientras otros fabricantes de deportivos han optado por configuraciones, a priori más efectivas, como el motor delantero y la tracción trasera, las configuraciones transaxle, o el motor central, Porsche ha seguido perfeccionando la técnica para conseguir que su deportivo, el Porsche 911, se mantuviera con una arquitectura, insistimos, a priori errónea, y fuera capaz de vencer a la mayoría de sus rivales. Esa filosofía precisamente es la que genera más pasión entre sus clientes, y entre sus fans, y la que otorga al Porsche 911 unas cualidades y unas características únicas.
El Porsche 911 es sin duda el deportivo europeo más famoso, el más antiguo, y el que ha conseguido hitos tan importantes como superar la barrera del millón de unidades. Una hazaña, si tenemos en cuenta que se trata de un deportivo de altas prestaciones y que por su precio es un coche exclusivo y exótico.
La era del transaxle de Porsche
En diferentes épocas de la historia de Porsche, el fin del Porsche 911 parecía estar cerca. Estrechando la colaboración con Volkswagen, nació en desarrollo conjunto un Porsche 914, un deportivo más asequible y modesto. Tras él, llegaría el primer transaxle, el Porsche 924, un deportivo con motor delantero, tracción trasera, y la transmisión alojada en la zona posterior.
Tras el Porsche 924 llegarían el Porsche 928, el Porsche 944 y el Porsche 968.
En aquellos años, especialmente con la llegada del Porsche 928 en los setenta, la suerte del Porsche 911 parecía estar echada. Pero Porsche decidió seguir evolucionando un deportivo – dicen que gracias a Peter Schultz – que a pesar de haber quedado sobre el papel desfasado tecnológicamente, ha seguido siendo la referencia de su categoría.
Porsche 959: cuando Porsche quiso viajar al futuro
Aunque Porsche nunca se ha prodigado por la creación de superdeportivos, para competir, digamos, con marcas como Ferrari, a lo largo de su historia hay ejemplos de deportivos que en su día apenas encontraron rival en cualquier otra marca. El mejor ejemplo lo tenemos en el Porsche 959, uno de los deportivos más avanzados – respecto a la tecnología de su época – que jamás haya lanzado Porsche. Un deportivo que originalmente fue pensado para homologar un Grupo B de carreras.
Ver 15 curiosidades que cambiarán tu visión del Porsche 959, el oráculo del superdeportivo moderno.
Más recientemente en el tiempo, Porsche nos ha gratificado con grandes superdeportivos, como el Porsche Carrera GT, con su espectacular pose y su motor V10. O incluso, en los últimos años, con un superdeportivo híbrido, el Porsche 918 Spyder.
Porsche Boxster y Cayman: esos locos bajitos de motor central
No son pocos los que opinan que hace 20 años se produjo un acontecimiento que salvó a Porsche de una de sus innumerables amenazas de quiebra. Y ese acontecimiento no fue otro que la llegada del Porsche Boxster. Porsche había descubierto el camino de la verdad, el deportivo perfecto tiene motor central, y creó un deportivo ligero, biplaza, con tracción trasera, motor central y, por supuesto, bóxer de seis cilindros. Ese deportivo se presentaría en un segundo sabor, con techo cerrado, el del Porsche Cayman.
Pero lejos de abandonar la senda del 911, y el motor posterior, Porsche consiguió situarlos en su gama para que ambas filosofías convivieran pacíficamente. Una alegría para los que amamos al legendario Porsche 911, pero una desgracia por no saber qué hubiera sucedido si el Boxster y el Cayman hubieran ido más allá, con motores más potentes y sofisticados, para ocupar el espacio que Porsche siempre protegió con celo para el 911.
Ver la historia del Porsche Boxster: el deportivo «barato» que salvó a Porsche en los noventa.
Porsche Cayenne y Macan: y Porsche se convirtió en un fabricante de SUV
La llegada en 2002 del Porsche Cayenne supondría un antes y un después para la marca. Porsche, fabricante tradicional de deportivos, lanzaba un SUV. Aquel movimiento sorprendente y quizás un tanto indignante para algún purista, acabaría traduciéndose en los años más prolíficos que jamás allá tenido Porsche. Años de tranquilidad, de rentabilidades por coche vendido de dos dígitos, de aumento desproporcionado de los beneficios y de crecimiento imparable de sus ventas.
El Porsche Panamera también supondría introducirse en una nueva categoría y satisfacer al cliente que necesitaba algo más que un deportivo con dos plazas o dos+dos plazas. Y aún habría sitio, incluso, para un SUV más pequeño que el Cayenne, para el Porsche Macan.
Hoy en día, únicamente Macan y Cayenne suponen el 70% de las ventas de Porsche. Pero el fabricante de Stuttgart sigue evolucionando, y sorprendiéndonos, sus deportivos, y haciendo que sean referencia frente a su competencia. Y eso, sin duda, tiene mucho mérito.
Porsche Taycan: el futuro de Porsche es eléctrico
En 2019, Porsche lanza su primer coche eléctrico. El Porsche Taycan es una berlina eléctrica de 4,96 metros de longitud, algo más pequeña que el Porsche Panamera. Está construida sobre una plataforma de nuevo desarrollo, que articulará el futuro 100% eléctrico de Porsche. Es un coche extremadamente tecnológico, con un habitáculo completamente digital, sin apenas botones físicos. Sin embargo, sigue siendo un verdadero deportivo, tanto en prestaciones como en sensaciones: su versión Turbo S desarrolla hasta 761 CV.
Es un coche con dos motores eléctricos y tracción total permanente, con la peculiaridad de tener un cambio de dos velocidades en el tren trasero. Los Porsche Taycan están equipados con una batería de iones de litio de hasta 93,2 kWh de capacidad en su versión tope de gama. Su dinámica es emocionante y es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en sólo 2,8 segundos.
El Porsche Taycan tiene 4+1 plazas y una versión Cross Turismo, con una carrocería de corte más familiar y un kit estético aguerrido, además de una suspensión más elevada.
Porsche: nacido para la competición
Nos atreveríamos a asegurar que Porsche ha sido la marca más laureada de la historia del automovilismo y en haberlo conseguido, no solo en más ocasiones, sino también en más categorías. Aunque la resistencia siempre ha sido la disciplina preferida de Porsche.
A lo largo de sus más de cincuenta años de historia, el Porsche 911 no solo ha demostrado ser un deportivo capaz de batir a todos sus rivales en la calle, sino también en los circuitos. Su reputación se fraguó precisamente a base de victorias, allá por los años setenta.
Pero sus mayores éxitos han llegado sin duda en la resistencia, y en la carrera más importante de todas, en las 24 Horas de Le Mans. Porsche es la marca más laureada en Le Mans con un total de 19 victorias, las más recientes en las tres últimas carreras, en 2015, 2016 y 2017.
Porsche también ha competido, y compite, en rallys. Y ha tenido una presencia menos destacada en la Fórmula 1, como fabricante, pero sobre todo como motorista.
¿Cómo se pronuncia Porsche?
Uno de los temas que más debate ha generado históricamente ha sido la pronunciación del nombre de la marca, de Porsche. Es habitual escuchar su pronunciación como «porche», castellanizando el término, o incluso como «porsh», tratando de pronunciarlo como un término en inglés. Pero la realidad es que Porsche habría de pronunciarse respetando las normas de pronunciación del alemán, y empleando fonemas poco comunes, y más concretamente el sonido schwa, tal y como nos mostraba la propia marca en este vídeo tan instructivo.
Más información sobre cómo se pronuncia Porsche y por qué.