El Subaru Outback es un crossover grande, con carrocería familiar, fabricado por Subaru. Lanzado al mercado originalmente en 1994, actualmente se comercializa la sexta generación, presentada en 2019. Más información sobre el Subaru Outback 2019. El Subaru Outback se caracteriza por ser un 4×4 de verdad, aunque carece de reductora sí es el coche perfecto para movernos sobre hielo o nieve, por ejemplo en una estación de esquí o en alta montaña en general. Ahí carece de rivales fuera de la marca cuya vocación y propuesta técnica se le pueda comparar. Se fabrica en la planta de Yajima, situada en Japón.
Entre los modelos que aspiran a rivalizar con el Subaru Outback nos encontramos con crossover de su clase, entre los que destacan el Audi A4 allroad quattro o el Volvo V60 Cross Country o el propio Subaru Forester, dentro de una categoría que cada vez es más escasa.
El Subaru Outback cuenta con tracción integral simétrica
Lo especial del Subaru Outback es su tracción integral simétrica, un sistema de los pocos que quedan en el mercado en el que la tracción total es permanente y simétrica, con un diferencial central que reparte el par al 50% en circunstancias normales. Hoy en día los sistemas 4×4 son casi siempre conectables, o bien de forma manual o bien de forma automática, porque la tracción total permanente tiene un consumo superior de combustible al ofrecer una mayor resistencia mecánica.
La ventaja de los sistemas conectables es que son más eficientes, pero tienen la importante desventaja de que una vez que entran en funcionamiento no son tan robustos en situaciones extremas de uso prolongado ni de lejos tan eficades como el Symetrical AWD de Subaru. Quien se compra un Subaru posiblemente va a utilizar el coche sobre barro o nieve gran parte del año y en ese caso apenas existen opciones en el mercado que se le puedan comparar, salvo que nos vayamos al formato todoterreno que también está en vías de extinción.
El diseño interior y exterior del Subaru Outback:
La sexta generación daba un paso adelante en materia de diseño, actualizando su imagen y adaptando una estética que recuerda inevitablemente al Subaru Legacy. Construido sobre la Subaru Global Platform, que ya utilizaba el Subaru Impreza y el Subaru Forester, su chasis es un 70% más rígido que el de la quinta generación. En caso de accidentes, la absorción de impactos mejora un 40%. Las principales diferencias respecto al Legacy se encuentran en los pasos de rueda terminados en plástico oscuro y la mayor altura libre respecto al suelo situada en 220 mm, comparable incluso a la de auténticos todoterrenos.
En cuanto al interior, destaca especialmente la gran pantalla central de 11,6 pulgadas dispuesta en posición vertical que sirve para gestionar el sistema de Infotainment Starlink (compatible con Apple CarPlay y Android Auto), aunque mantiene la instrumentación analógica. Más espacio y habitabilidad se complementan con la utilización de materiales de calidad como el cuero y un diseño conservador que no colisiona con el espíritu aventurero del Subaru Outback. En cuanto al arsenal tecnológico, de serie equipa sistemas muy destacables como el EyeSight de seguridad activa y con doble cámara. El sistema de frenada automática con detección de peatones, el asistente de centrado en el carril y la alerta de tráfico cruzado con frenada automática completan la oferta.
Motores del Subaru Outback
Actualmente, el Subaru Outback se comercializa únicamente con un motor bóxer de cuatro cilindros y 2.498 cm3, con etiqueta C, y no disponiendo de las mecánicas híbridas que sí están presentes en el resto de la gama Subaru. Este motor entrega 169 CV de potencia entre 5.000 y 5.800 rpm y es atmosférico. Este motor se antoja como una auténtica rareza, por su disposición de cilindros, y por prescindir de turbo, pero se presenta como una solución mecánica eficaz y robusta.
De serie, este motor viene combinado en toda la gama con tracción integral permanente y la transmisión Lineartronic, un sistema continuamente variable.
La ventaja de llevar un motor bóxer radica en el bajo centro de gravedad, la reducida altura del bloque y el equilibrio de funcionamiento que obtiene de forma natural. El bajo centro de gravedad permite al Outback mejorar su comportamiento en curva, mientras que el equilibrio interno de fuerzas oscilantes se traduce en una gran suavidad y ausencia de vibraciones. La principal razón por la que otros fabricantes no se inclinan por este formato es porque obliga a duplicar algunos elementos que en un motor en línea van en una única culata, con lo cual es un motor más caro de fabricar y de mantener. De nuevo, un coche peculiar.
Es curioso que el cambio automático de Subaru sea un variador continuo, una solución habitualmente utilizada en híbridos y pocas veces en coches con motor de combustión como única fuente de movimiento. De nuevo Subaru apuesta por una tecnología que es la más eficiente, aunque su tacto de utilización sea un poco extraño en un primer momento.
Conclusiones sobre el Subaru Outback
El Outback es un gran familiar, espacioso, cómodo y bien construido, que además cuenta con una merecida fama de fiabilidad a largo plazo. Dicho esto, es un coche muy particular en el terreno mecánico que hará las delicias de los más entendidos y sacará de más de un apuro a los aficionados a la nieve o quienes vivan en zonas habitualmente nevadas o de terreno escarpado y sin asfaltar.
Al ser un familiar tan poco corriente muy pocos se lo planteen como opción, pero quienes lo hagan por verdadera necesidad de soluciones eficaces para desplazarse por zonas difíciles prácticamente no encontrarán ninguna alternativa comparable fuera de la propia marca.
