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Desde que en nuestro país comenzase la expansión a gran escala de hipermercados, centros comerciales y gasolineras adyacentes a estos, el consumidor no ha dejado de preguntarse ¿Por qué existe una diferencia tan grande entre el precio de una gasolinera de Alcampo o Carrefour, con una gasolinera tradicional Cepsa, Repsol…? ¿Acaso su producto no tiene la misma calidad?
La desconfianza y los mitos urbanos que han surgido al respecto no son pocos hasta el punto de que muchos no se atreven a repostar en gasolineras tan baratas por el mero hecho de pensar que podría ser dañino y perjudicial para el motor de su vehículo.
La realidad, como veremos a continuación, es bien diferente. Es más, el combustible que puedes repostar en un hipermercado es el mismo que podrías repostar en una BP, Cepsa, Repsol, Shell… con matices…
El mismo combustible, diferentes aditivos
La estricta normativa obliga a que el combustible tenga unas propiedades determinadas. El combustible “básico” es el mismo para todas las gasolineras, hipermercados y tradicionales. Y eso es así por ley. De hecho, en los últimos años se ha desarrollado un etiquetado de combustibles específico, de manera que ya no solo se determina por ley la composición y las cualidades del combustible, sino que también el conductor sabe la proporción de biocombustibles que emplea el diésel o la gasolina que va a repostar.
El mercado del hidrocarburo a nivel europeo tiene una normativa que garantiza un control muy estricto. En España la encargada, casi en exclusiva, del transporte, almacenamiento y posterior distribución de los hidrocarburos es el Grupo CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos) que trabajan con el producto refinado de BP, Cepsa y Repsól (únicamente). Este producto (el mismo) se distribuye después a las gasolineras tradicionales y a las gasolineras de los hipermercados. Por lo tanto, sí, el combustible “básico” que llega a Carrefour es el mismo que llega a Repsol.
Ahora maticemos. Una vez en los surtidores de cada compañía distribuidora de hidrocarburos para el cliente final llega la hora de añadir ciertos aditivos que marcan la diferencia entre una gasolinera y otra y también entre dos productos diferentes, por ejemplo un Diésel normal y un Diésel premium (cada marca tiene su denominación comercial). No olvidemos que en este sentido existe bastante trabajo de investigación y desarrollo por parte de muchas compañías para mejorar la calidad de sus productos.
Probablemente la mejora sea inapreciable por el cliente final, a veces son diferencias muy sutiles que afectan a la fluidez del hidrocarburo, la eficiencia energética, la dispersión de metales, la oxidación o incluso la emisión de gases contaminantes.
Luego sí, existen diferencias. Diferencias sutiles que no tienen por qué conllevar, ni tan siquiera a largo plazo, daños para el motor de un vehículo puesto que, salvo por errores, negligencias o estafas, todas las gasolineras deben cumplir con la estricta normativa europea y con un mínimo de calidad.
La protección al consumidor en gasolineras y estaciones de servicio
Como os decíamos, de vez en cuando se dan casos de errores y estafas en gasolineras que, incluso, pueden llegar a generar averías en decenas y cientos de coches. El problema, más allá de la marca que los distribuye, radica en el mantenimiento y el estado de los surtidores y los depósitos. Una manipulación adrede o un fallo pueden provocar contaminación en el producto y daños en los vehículos que han repostado. Por desgracia esto sucede, independientemente de que repostemos en una estación de servicio de una gran marca petrolera, o una gasolinera de un hipermercado. Por suerte es algo casi anecdótico para el elevado volumen de combustible que se reposta en nuestro país.
En España también se han dado casos de surtidores con caudalímetros manipulados, que de alguna forma estafaban al cliente ofreciéndole menos combustible del que habían pagado. Por suerte, esto también es anecdótico e independiente de una u otra marca de hidrocarburos. Las estaciones de servicio y gasolineras de hipermercado son sometidas a controles aleatorios, adicionales a los controles internos que lleva a cabo cada empresa y que tratan de evitar las estafas e identificar posibles errores en el aforador de un surtidor. Como cliente, también tienes derecho a solicitar una probeta, y la estación de servicio tiene la obligación a disponer de ella, para certificar que el volumen de combustible que marca el surtidor es el que realmente está suministrando la manguera.
Las ventajas de las gasolineras de hipermercado
Para entender el porqué de la expansión de las gasolineras en hipermercados hay que remontarse a los años 90. La ruptura del monopolio existente en España conllevó que rápidamente Repsol, Cepsa y BP aglutinaran casi todo el mercado del hidrocarburo en nuestro país. La sospecha de pactos para la subida de precios y demás hizo que el Gobierno vigente (en el año 2000) se las ingeniara entonces para añadir nuevos participantes en el juego y mejorar el libre mercado, la oferta y la competencia. Lo cual debería redundar en beneficios para el cliente final y un mejor precio.
La solución que se tomó fue la de facilitar la instalación de gasolineras junto a hipermercados, por ejemplo, asegurando la recalificación de los terrenos adyacentes al hipermercado para construir unos surtidores. En tanto esto depende también de los ayuntamientos, su cumplimiento se ha llevado con mayor o menor éxito dependiendo de la localidad. Pero en general ha servido para facilitar la expansión de estas gasolineras de hipermercado, las clásicas de Alcampo, Carrefour, Eroski y demás.
Hoy por hoy, incluso la Comisión Nacional de la Competencia sigue alertando de que aún es insuficiente y las tres grandes: Repsol, Cepsa y BP siguen aprovechando su quasi-oligopolio para aumentar sus beneficios a costa de un hidrocarburo más caro.
Por otro lado, estas compañías se quejan del agravio comparativo que sufren respecto a los hipermercados y sus precios tan bajos, con unos márgenes escasos y en un mercado que consideran “miserable” por el bajo margen de beneficio que produce. No nos olvidemos de que buena parte del precio que pagamos por el combustible es correspondiente a impuestos.
El reclamo del hipermercado, siempre una ventaja
Por último, el hipermercado siempre cuenta con el reclamo añadido de su tienda y de estar normalmente adyacente a un centro comercial. Los clientes por regla general somos vagos (sí, lo somos) y nos gusta evitar tener que hacer un desplazamiento a propósito para repostar. Qué mejor idea entonces que aprovechar la compra semanal para llenar el depósito y si nos cuesta poco, pues mejor que mejor.
Las gasolineras son por tanto un reclamo añadido y una buena estrategia de marketing, puesto que se suelen compaginar con descuentos en productos alimenticios, tarjetas de fidelización y demás, para el hipermercado. De ahí que los márgenes puedan ser mas estrechos y ofrecer precios más asequibles.
Después de todo esto no voy a recomendarte repostar en una u otra gasolinera. Es más, estoy convencido de que seguirás haciéndolo como hasta ahora. Pero al menos espero que haya podido servirte para clarificar un poco más el negocio de las gasolineras en España y saber exactamente por qué existe esa diferencia tan acusada en el precio entre una gasolinera tradicional y la gasolinera de un hipermercado.
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