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Según el Anexo VIII de la Resolución del 13 de abril de 16, el distintivo medioambiental C corresponde a “Vehículos M1 y N1 clasificados en el Registro de Vehículos como vehículos híbridos enchufables con autonomía inferior a 40 km, vehículos híbridos no enchufables (HEV), vehículos propulsados por gas natural, vehículos propulsados por gas natural comprimido (GNC) o gas licuado del petróleo (GLP). En todo caso, deberán cumplir los criterios de la etiqueta C.” Lo que quiere decir que, siempre y cuando tu coche sea Euro IV o posterior puedes instalar GLP y obtener la etiqueta ECO, además de beneficiarte del ahorro que supone este sistema.
¿Qué debo saber antes de instalar GLP?
En primer lugar, y como decíamos, solo es posible obtener la etiqueta ECO si tu vehículo es Euro IV (normativa que entró en vigor en enero de 2005), para ello comprueba que a tu coche le corresponde la etiqueta C (lo que significa que cumple la Euro IV). Antes de continuar, me gustaría aclarar que siempre nos estamos refiriendo a coches gasolina, aunque técnicamente también sería posible instalar GLP a coches diésel (deberían entonces ser Euro VI), el ahorro que ello suponen en combustible no resulta tan interesante, además de no ser una modificación usual.
Para empezar deberás acudir a un taller especialista y autorizado, el cual además de llevar a cabo la instalación, también realizará los trámites con la Administración, homologación, ITV e incluso recatalogar tu coche en Tráfico y solicitar la nueva etiqueta ECO. Todo este proceso suele demorarse aproximadamente una semana, y su coste va en función del kit instalado, ya que no será lo mismo un motor de cuatro cilindros que de ocho, un kit de inyección gaseosa o de inyección líquida, un depósito de 30 litros que de 80… pero en general va desde los 1.500 € hasta los 3.000 €.
La reconversión consiste en instalar un circuito de alimentación paralelo al ya existente (seguimos manteniendo el convencional de gasolina, siendo posible utilizarlo siempre que queramos) el cual está formado por unos inyectores de GLP en el colector de admisión, canalizaciones hasta el depósito de gas (que normalmente se aloja en el maletero o hueco de la rueda de repuesto), boca de llenado, conmutador de combustible, así como una centralita electrónica y los diferentes elementos de seguridad. Además, es una instalación limpia y sencilla, que tan solo deja a la vista ese computador que parece un manos libres aftermarket, y las canalizaciones de los nuevos inyectores ene el motor, pero esto segundo casi seguro que no te darás cuenta.
Ventajas, inconvenientes y mitos
Dos son las grandes ventajas de un coche reconvertido a GLP, el ya mencionado acceso la etiqueta ECO, y un ahorro económico en combustible (sobre el 40-45 %), ya que a pesar de que el consumo en modo GLP aumenta mínimamente, este combustible cuesta casi la mitad que la gasolina 95. Pero ahí no termina todo, la combustión del GLP es más limpia que la de la gasolina puesto que presenta menos impurezas, generando así menos residuos y reduciendo el desgaste y fricciones de los componentes internos del motor, al tiempo que alarga su vida útil. Por último, aunque en menor medida, también reduce las vibraciones y ruido.
En cuanto a los inconvenientes podríamos hablar del riesgo de una futura recalificación de las etiquetas ambientales y que pierdas el distintivo ECO, aunque si esto sucede al menos siempre queda el hecho de que en poco más de dos años se amortiza esta reconversión. Lo que sí es cierto es que el GLP tiene aún menos poder de lubricación que la gasolina, además de variar la temperatura y presión en la cámara de combustión, dando lugar a posibles problemas en válvulas, junta de culata, parte superior de los pistones… siendo estas averías más comunes en antiguos sistemas montados en coches con gasolina con plomo, y no hoy día. Sin embargo, se recomienda intercalar un depósito de gasolina por dos de GLP para así asegurar esa lubricación. De hecho, hay kits que incorporan un sistema de lubricación adicional.
Llegamos al tema de los mitos, que son muchos los que hay desde que en los años 70 y 80 proliferaran aquellos taxis impulsados por “bombonas de butano”:
• El riesgo de sufrir una explosión o incendio es el mismo que en un motor de gasolina, puesto que se implementan varios sistemas o medidas de seguridad, como por ejemplo que el depósito solo pueda llenarse hasta el 80 % de su capacidad. Así mismo, cuando en un coche de gasolina su depósito está vaciándose se va llenando de vapor de gasolina, siendo esa situación igual de peligrosa que el tema que nos ocupa.
• El GLP tiene menor poder energético que la gasolina, a lo que si añadimos que los motores se diseñan y optimizan para la combustión de la gasolina, significa que sí existe una pérdida de prestaciones, al igual que un pequeño aumento de consumo a igualdad de demanda. Esta merma se estima entre un 5 y un 10 %.
• A día de hoy existe una red de aproximadamente 600 estaciones de servicio que cuentan con GLP en sus surtidores, de las que aproximadamente 390 operan bajo la bandera de Repsol. Así pues, es fácil que en cualquier núcleo urbano de unos 20.000 habitantes cuente con una de estas gasolineras, y que vivas cerca de él o lo frecuentes.
¿Es el ahorro real? ¿Existen subvenciones?
Como decíamos anteriormente, los precios de estos kits junto con todo el papeleo dependen del tipo de motor a reconvertir, no es lo mismo un tetracilíndrico con inyección monopunto y un pequeño depósito de 35 litros, que un V8 de inyección directa y 80 litros de autonomía. Así, la horquilla de precios puede ir desde los 1.500 € hasta los 3.000 €, incluso más.
Esa cifra puede verse rebajada si tenemos en cuenta las diferentes ayudas y subvenciones a las que podemos acceder. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid realiza un descuento en el impuesto de circulación anual, hasta hace unos años el Gobierno Vasco ofrecía una subvención de 400 € y el de Castilla la Mancha pagaba hasta el 50 % de la instalación. Actualmente es Repsol quien anualmente convoca un programa dotado entre 300 y 400 € en carburante en su red de estaciones de servicio. En esta misma línea, y con el recientemente aprobado Plan MOVES II es posible que algunas comunidades autónomas vuelvan a incentivar la transformación a GLP, por lo que deberías estar atento si estás interesado.
Pero vayamos al grano, ¿cuánto me puedo ahorrar? Pongamos el caso de un tres litros seis cilindros en línea de inyección indirecta y un consumo medio real de 10 litros a los 100 km. Con un precio total de la instalación de unos 2.500 €, tomando el precio medio del combustible en España del 2020 antes de la entrada en vigor del estado de alarma (1,345 €/l la gasolina 95 y 0,719 €/l el GLP) además de suponer el consumo en GLP un 10 % superior, lo amortizaremos en unos 45.000 km. A la postre, intercalando depósitos de gasolina, contando ayudas y ventajas, que se nos transforme en 60.000 km y tres años.
Conclusiones
La opción de instalar GLP pera obtener la etiqueta ECO y de paso amortizar esa instalación en dos o tres años resulta bastante interesante. Sin embargo, personalmente buscaría un vehículo de alta gama con un motor gasolina potente de inyección indirecta, muy devaluados en el mercado de ocasión, pero por el contrario, generalmente son unidades con bajos kilometrajes, bien cuidadas y a tope de equipamiento, para posteriormente instalar GLP y disfrutar de una economía de uso propia de un diésel, aunque con el tacto y ventajas de un gasolina, además de ahorrarme unos cuentos de euros en la inversión inicial (es más barato adquirir ese gasolina y reconvertirlo, que comprar directamente un diésel en igualdad de estado), sin olvidar que podré pegar la pegatina verde y azul en mi luna delantera.
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