Contenido
- 1. Depósitos de hollín o carbonilla
- 2. Residuos de aceite
- 3. Electrodos fundidos
- 4. Rotura en el aislador de porcelana central
- 5. Desgaste anómalo de los electrodos
- 6. Recalentamiento
- 7. Decoloración en el aislador cerámico
- 8. Aislador rajado por encima de la corona
- 9. Desgaste correcto y normal de la bujía
En ocasiones detectar la causa de una avería en nuestro coche se convierte en un misterio propio de Sherlock Holmes, y es por ello que pequeños detalles pueden llegar a ser muy esclarecedores. Al igual que el color del humo de escape de tu coche delata posibles averías, el aspecto de sus bujías hace lo propio, convirtiéndose incluso en un indicador de calidad de la gasolina que repostas habitualmente.
Pero antes de nada asegúrate que tu coche equipa las bujías recomendadas por el fabricante y con el grado térmico adecuado, ya que por ejemplo, un grado térmico superior implicaría problemas de autoencendido. Igualmente, para que el proceso de detección de esa avería sea óptimo también es necesario que las bujías estén instaladas correctamente, apretadas con el par adecuado y no haya ningún cable mal conectado.
Finalmente, y antes de empezar con esta mini-guía, señalar que las bujías es uno de los elementos clave en el funcionamiento del motor, ya que aportan la chispa para detonar la mezcla, siendo recomendable su sustitución cada 60.000 km aproximadamente. Así, unas bujías en mal estado supondrán un aumento del consumo de combustible, una pérdida de prestaciones y también el motor dará pequeños tirones o le costará arrancar.
1. Depósitos de hollín o carbonilla
La bujía presenta un color negro o tostado con depósitos de carbón, además de percibirse síntomas en la conducción como tirones, dificultad al arrancar o fallos en el encendido. Los residuos de carbonilla indican una mala combustión del combustible en la que no se ha quemado por completo adecuadamente y que puede deberse a una mezcla aire/combustible muy rica, a circular a regímenes bajos durante un tiempo prolongado e incluso a un avance del encendido algo atrasado o a una bujía muy fría.
La solución a este problema pasa, además de sustituir las bujías o circular a altos regímenes más habitualmente si es el caso, por calibrar el sistema de inyección o carburación, ajustar el avance o utilizar unas bujías con un grado térmico superior.
2. Residuos de aceite
La zona de los electrodos está húmeda con restos de aceite o grasienta como consecuencia de que ha llegado aceite hasta la cámara de combustión, provocando un fallo de encendido al recubrir el aceite los electrodos y dificultando el salto de la chispa. En motores de 2 tiempos puede deberse a un exceso de aceite en la mezcla con la gasolina, mientras que como normal general en cualquier propulsor será síntoma de un desgaste de los segmentos o paredes del cilindro.
La solución consiste en ajustar la mezcla de aceite si procede, o por lo general rectificar el motor para solventar ese problema de estanqueidad. Como solución temporal podría usarse unas bujías de mayor grado térmico para quemar ese aceite y evitar que se acumule.
3. Electrodos fundidos
Los electrodos están parcial o totalmente fundidos y en contacto entre sí, con un aspecto general negruzco y rugoso, llegando incluso a estar el aislador de porcelana dañado, siendo un síntoma claro de una temperatura excesiva que puede deberse a una bujía con un grado térmico superior, fallo en el sistema de refrigeración o evacuación de los gases de escape, así como a un sensor de detonación defectuoso o una conducción agresiva durante un tiempo prolongado.
Unas bujías en este estado pueden provocar grandes daños al motor, pasando su solución por comprobar los sistemas citados o utilizar unas más frías.
4. Rotura en el aislador de porcelana central
Si el aislador de porcelana está roto o rajado, además de presentar un aspecto negruzco y con impurezas, se debe generalmente a un choque térmico por una subida brusca de la temperatura o a una detonación de la mezcla. El principal peligro de esta avería es que los restos de porcelana pueden caer y dañar los cilindros, válvulas o pistones.
La casusa a este problema la podemos encontrar en una gasolina con un octanaje inferior al necesario, un sensor de picado defectuoso o a una avance del encendido incorrecto. La solución, además de sustituir las bujías y repostar gasolina de calidad, pasa por revisar esos sistemas.
5. Desgaste anómalo de los electrodos
Si los electrodos presentan un desgaste anormal y acusado, con una gran separación entre ellos es debido a las reacciones de oxidación y corrosión de algunas sustancias presentas en la gasolina como consecuencia de su combustión. Por lo general si el color que presenta es grisáceo y no hay acumulación de impurezas no deberías de preocuparte en exceso.
6. Recalentamiento
La bujía presenta electrodos ennegrecidos con ampollas u hoyos con el aislador de color aún blanco, y con más o menos acumulación de sedimentos. Este recalentamiento lleva aparejado síntomas como una pérdida de potencia a alta velocidad o cargas, además de un golpeteo del motor.
Las principales causas de este problema son una gasolina de bajo octanaje, unas bujías demasiado calientes, un encendido adelantado además de una apriete insuficiente de las mismas o una mezcla aire/combustible pobre.
7. Decoloración en el aislador cerámico
Es posible que en el aislante cerámico por encima de la corona presente una decoloración entre negra y marrón como consecuencia de una acumulación de partículas de aceite/gasolina en el alojamiento de la bujía y que son atraídas hasta ella como consecuencia del campo electromagnético que genera la electricidad en su propio funcionamiento.
No es un problema grave, tan solo debes asegurarte que al reemplazar las bujías limpias bien su alojamiento para eliminar las posibles partículas ahí acumuladas y suciedad, evitando así la aparición de esa decoloración.
8. Aislador rajado por encima de la corona
Si el aislador presenta unas rajas verticales y el aspecto de estar quemado, se debe a una descarga eléctrica desde le parte superior de la bujía a tierra debido a un desgaste de ese aislador o a un defecto en el mismo. La solución, además de reemplazar las bujías, será cambiar también los cables afectados por ello o la bobina si lo estuviese.
9. Desgaste correcto y normal de la bujía
Como último caso no nos queríamos olvidar del aspecto que debe presentar una bujía cuyo desgaste es normal, el cual consiste en pequeños depósitos de color gris-marrón, sin ningún tipo de anomalía en el aislante de porcelana ni ningún desgaste excesivo ni anómalo en los electrodos, además de estar libre de restos de aceite y carbonilla.
A grandes rasgos estos son los aspectos que pueden presentar las bujías de tu coche, y según los cuales pueden ser síntomas de una u otra avería, con mayor o menor gravedad. Es muy importante a la hora de diagnosticar esa avería identificar varios indicadores, como un estado determinado de la bujía, un color característico del humo de escape y ciertos fallos en la conducción de nuestro coche. Finalmente, creo que encontrarás de gran utilidad esta guía si tú mismo cambias las bujías a tu coche, proceso muy simple y para lo que se requiere de pocas herramientas, ya que tras echarle un vistazo podrás conocer la salud de su propulsor o la calidad de la gasolina que repostas a diario.
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Imágenes vía: championautoparts