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Si estás leyendo este artículo, lo mas probable es que tengas un coche entrado en años y/o kilómetros. En mi caso particular, me gusta predicar con el ejemplo: estamos hablando de un coche de casi 15 años y casi 300.000 kilómetros. Los coches de batalla con tantas guerras a sus espaldas requieren de un mantenimiento específico y ciertos cuidados, de los que ya os hemos hablado largo y tendido. Así que vamos a enfocar la problemática de estos honestos vehículos de una forma diferente: con cinco actitudes a evitar para que sigan dando un buen servicio.
1) Retrasar o ignorar su mantenimiento
El mantenimiento en un coche de batalla es prioritario para su buen funcionamiento. En un coche de poco valor y ciertos achaques, muchos propietarios pueden sentir la tentación de retrasar o ignorar ciertas operaciones de mantenimiento – algo que solo va a redundar en más averías, averías antes de tiempo y costosas facturas. Estos coches necesitan lo contrario: hay que estar «encima de ellos», adelantando cambios de aceite y filtros, y llevando a cabo mantenimiento preventivo en elementos mecánicos y elementos del tren de rodaje.
2) No escuchar sus ruidos
Entendemos que un coche entrado en años y kilómetros puede ser un festival de grillos, y muchos de ellos son inevitables. Pero hay que distinguir entre los grillos del salpicadero, o los ruidos procedentes de alguna holgura, y los ruidos procedentes de las partes vitales del coche. Especialmente si esos ruidos son nuevos. Estos ruidos no van a ir a menos, y nunca van a desaparecer mágicamente. Si no los atendemos o no buscamos su origen, lo más probable es que el coche nos regale una cuantiosa factura o nos quedemos tirados en el momento más inapropiado.
3) Ignorar los tiempos de calentamiento y enfriamiento
Si no conoces «la regla del minuto», te sugiero que leas el artículo donde te la explicamos. Con independencia de que tu viejo compañero tenga motor turbo o no, es un atleta cansado que debe estirar antes de emprender la marcha, y al terminarla. Cuando el coche esté frío, trata a la mecánica y el cambio con suavidad. Es especialmente importante en un coche con materiales parcialmente fatigados y elementos mecánicos con holguras. La fricción es la enemiga de cualquier coche, especialmente de los que ya han dado unas cuantas vueltas al mundo.
Déjalo arrancado un minuto nada más cogerlo, y conduce con suavidad durante los primeros minutos.
4) Pasar rápidamente por encima de los badenes
Los badenes son los
5) Conducirlo de forma agresiva
Conducir un coche de forma agresiva no es beneficiosa para la mecánica, en ningún caso. Si el coche es deportivo y todos sus fluidos están a la temperatura adecuada es una cosa, pero si vamos por ciudad, y estamos conduciendo un utilitario de hace 20 años, estaremos tirando piedras contra nuestro propio tejado. Esta conducción agresiva es especialmente dañina con el motor frío, y aun con el motor caliente, someterá a un gran estrés térmico a la mecánica, y a un gran estrés físico al tren de rodaje. Es la receta perfecta para acortar la vida de tu compañero de fatigas.