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En Diariomotor ya hemos tratado de una forma general qué le puede ocurrir a tu coche si no arranca, explicando que esa avería puede encontrarse en el inmovilizador electrónico, en el sensor del pedal del embrague o simplemente en un fusible fundido. No obstante, en la mayoría de los casos es la batería la responsable de ello, y es por eso que le vamos a dedicar su propio artículo.
Cómo arrancar un coche sin batería
Lo primero de todo es asegurarnos que la batería es la causante de que nuestro coche no arranca y no es debido a otra causa. Para ello la opción más fácil es utilizar un polímetro para comprobar el voltaje entre ambos bornes: si el voltaje es superior a unos 12.5 V se encuentra en perfecto estado, en cambio, si es inferior a unos 11,8 V es signo de que se encuentra descargada. En caso de no tener un polímetro, unas luces de cortesía atenuadas o que elementos como las ventanillas no funcionen son indicadores de esa batería en mal estado.
Ahora bien, no tienes batería pero debes/quieres usar el coche, ¿cómo lo arrancas? La primera solución, y más fácil, pasa por llamar a tu seguro haciendo uso de la asistencia en carretera para que acuda la grúa a arrancarlo, aunque ello conlleva una pérdida de tiempo y puede, según la poliza que tengas contratada, que reduzcan la bonificación. Descartando esta opción y adentrándonos en el terreno del do it yourself, la opción más recomendable y cómoda es usar un arrancador portátil. Estos dispositivos portátiles, que tienen un coste entre 60 y 120 euros, proporcionan el pico de corriente necesario para poner el motor en marcha, lo que significa que sirven para arrancar el coche, no para cargar la batería. Tan solo tienes que conectar la pinza roja al polo positivo de la batería, después la negra al negativo, encender el arrancador y girar la llave.
La siguiente opción es usar las típicas pinzas o cables de arranque «de toda la vida», de forma que uses la energía de acumulada en la batería de otro coche para arrancar el tuyo. Antes de nada, conviene usar unas pinzas de calidad, con una sección de cable lo suficientemente generosa para que resistan la intensidad de corriente y no tengamos problemas. Para usar las pinzas es muy importante seguir un orden: primero conecta el polo positivo del vehículo donante y luego el receptor, tras ello los negativos, pon en marcha el coche donante y a continuación ya puedes tratar de arrancar el receptor (conviene que mientras lo hagas aceleres un poco el donante, para que su alternador suministre más corriente). En cambio, para poner las pinzas en un coche con sistema Start&Stop, cuyas baterías de tipo AGM son ligeramente distintas, las negativas irán conectadas a una parte metálica y robusta del vano motor, y no directamente al borne negativo de la batería.
Finalmente, la última forma de arrancar un coche sin batería es empujándolo, aunque no es válida para coches con cambio automático, ni suele ser recomendable para vehículos muy actuales cargados de tecnología y electrónica, ya que podría causar algún tipo de avería. Para poder arrancarlo de esta forma pide a alguien que te empuje mientras mantienes el pedal del embrague pisado, a ser posible hasta una zona con pendiente descendente, pon la llave en la posición de encendido e inserta segunda velocidad. Cuando ganes velocidad (unos 10 – 15 km/h), suelta el embrague de golpe a la vez que aceleras el coche, y habrás conseguido ponerlo en marcha. Por último, y no menos importante, siempre que arranques un coche de este modo debes tener presente que no contarás con dirección asistida ni servofreno, por lo que tendrás que extremar las precauciones.
Recargar la batería: cómo y cuándo
La batería de un coche, al igual que la de un móvil o un portátil, se puede recargar, de hecho, se recargan continuamente gracias al alternador. Entonces, si nos hemos quedado sin batería ¿cómo sé si puede recargarla o es mejor comprar una nueva? Si esa batería no es muy vieja, tiene unos dos o tres años, o la causa de haberla agotado se encuentra en un despiste como dejar las luces encendidas, opta por tratar de recargarla. No obstante, y según indican algunos fabricantes, si su tensión ha bajado más del 35 % (el voltaje es inferior a 7,8 V) habrá alcanzado un nivel de sulfatación que no hace posible (y/o efectiva) su recarga.
Si partimos de un coche que hemos puesto en marcha usando alguna de las indicaciones del punto anterior, con dar un vuelta de unos 30 o 40 minutos por carretera, y a ser posible con el mínimo número de consumibles eléctricos encendidos, bastará para alcanzar un nivel de carga adecuado. Por otro lado, existen unos aparatos llamados cargadores de batería, que como su propio nombre indica carga esa batería. Su uso es muy similar al de un arrancador, conectas el cargador a la red eléctrica y a la batería por medio de unas pinzas, salvo que no se recomienda cargar la batería en el interior del vano motor (o maletero), ya que ne este proceso existe la posibilidad de que emanen algunos vapores de su interior.
Sin embargo, no es lo mismo un cargador que un mantenedor, aunque pueda parecerlo. La diferencia radica en su capacidad y velocidad de carga, mientras que un cargador es capaz de recuperar la tensión adecuada en un periodo de tiempo relativamente bajo y partiendo de un voltaje inferior, el objetivo del mantenedor es proporcionar una pequeña corriente eléctrica (1-3 A por los 6-12 A del cargador) para impedir que descienda el voltaje de la batería.
Síntomas de un alternador averiado
Una batería descargada no siempre es debido a que ha llegado al final de su vida útil o a un descuido, sino que también es posible que el alternador no le suministre la energía necesaria. Para comprobar por ti mismo que el alternador suministra la carga adecuada debes usar un polímetro, conectando sus sondas a ambos bornes de la batería con el motor en marcha, de forma que el valor de la tensión mostrado en su pantalla debería estar comprendido entre 13,8 V y 14,8 V.
Tanto un voltaje superior como inferior son síntomas de avería: un voltaje bajo no cargará la batería, y uno mayor, además de poder «quemar» diferentes elementos electrónicos, dañarán las celdas interiores de la batería. Principalmente son cuatro las causas más comunes de un mal funcionamiento del alternador: unas escobillas desgastadas (si cuenta con buen acceso por menos de 40 € lo arreglarán en tu taller de barrio), una avería en el rectificador o puente de diodos (es un elemento, de unos 80 – 100 €, que «limpia» la corriente de salida, manteniéndola estable en un voltaje), una correa de accesorios destensada o la propia polea del alternador.
Consejos para comprar una batería nueva
Si finalmente la solución es comprar una batería debes tener varias consideraciones muy presentes a la hora de elegir una nueva para tu coche, y que en un principio no son tan evidentes. En primer lugar, comprueba el tamaño físico de la batería y la posición del borne positivo, que puede estar en la derecha o en la izquierda. A continuación, si tu coche tiene sistema Start&Stop contará una batería especial de tipo AGM, con un precio notablemente superior, pero necesaria para resistir los numerosos ciclos de parada y arranque. Por último, y no menos importante, compra una batería con la misma capacidad (60 Ah, 80 Ah, 95 Ah…) que la indicada por el fabricante o igual a la actual, ya que en coches modernos, cargados de electrónica, son capaces de detectar esa capacidad y si no es la adecuada desactivarán módulos electrónicos (radio, climatización) para protegerlos de sobretensiones y aparecerán averías fantasmas.
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