El sistema sistema Start/Stop se ha convertido en una tecnología habitual de cualquier coche moderno, ya sea gasolina o diésel. Desde el momento de su introducción, esta herramienta para reducir consumos y emisiones ha evolucionado y mejorado, sin embargo el Start/Stop sigue siendo una tecnología bastante cuestionada por su relación con averías mecánicas. Por esta razón, y de cara a evitarte futuras complicaciones y desembolsos económicos, hoy vamos a responder a dos preguntas muy concretas: ¿merece la pena apagar el Start/Stop? ¿qué averías puede provocar el Start/Stop en nuestro coche?
¿Para qué sirve el Start/Stop y cómo funciona?
El Start/Stop es una tecnología diseñada para eliminar todos esos momentos en los que el propulsor térmico permanece encendido sin que el vehículo esté en movimiento: semáforos, atascos, stop, etc. Estas situaciones suelen representar de media un 30% de los trayectos habituales en ciudad, y por eso equipar un sistema Start/Stop puede llegar a alcanzar reducciones de consumo de hasta el 15%. La teoría respalda siempre el apagado del motor, pues la optimización del arranque de las mecánicas modernas consigue que apagar y volver a arrancar el motor sea más eficiente que mantenerlo encendido. Eso sí, esta eficiencia aparece siempre y cuando esas paradas entre los 10 y 20 segundos, añadiendo ventajas en impacto medioambiental y acústico.
La arquitectura habitual del sistema Start/Stop se compone de un motor de arranque «reforzado», una batería de mayor capacidad y un motor de combustión interna optimizado para no verse penalizado en lubricación y refrigeración por continuas paradas y arranques. La evolución de esta tecnología ha permitido alcanzar sistemas muy avanzados, pudiendo eliminar el motor de arranque para usar un alternador reversible, arquitecturas eléctricas en paralelo (48 voltios) uso de supercondesadores o baterías más capaces (AGM, Li-Ion o Li-Pol).
Para que el Start/Stop funcione de forma automática, la ECU del motor recoge información de diferentes parámetros del vehículo, determinando cuándo puede actuar y cuándo no. Por regla general, la parada del motor se produce siempre y cuando detenemos el vehículo o deceleramos hasta velocidades inferiores a 5 Km/h, aunque los sistemas más modernos alcanzan los 20 Km/h e incluso son capaces de apagar el motor a alta velocidad para circular a vela. El arranque del propulsor térmico se produce bien cuando soltamos el pedal de freno en coches automáticos o accionamos el embrague en coches con cambio manual o, en los sistemas más modernos, aceleramos. Si los primeros coches con Start/Stop hacían perceptible y hasta incómodo el proceso de parada y arranque, hoy en día su funcionamiento se ha pulido lo suficiente para trabajar de forma instantánea y con cada vez menor número de vibraciones.
Averías que puedes evitar apagando el Start/Stop
Desgaste superior en motor de arranque, alternador y batería: el diseño de los sistemas Start/Stop está pensado para poder soportar numerosos ciclos de parada y arranque, muchos más que cualquier motor equivalente que no ha sido pensado para instalar esta tecnología. Sin embargo es cierto que este trabajo continuado puede provocar un desgaste prematuro en motor de arranque, alternador y batería, tres elementos que además tienen un coste de reparación o sustitución más elevado por sus características especiales. Por ello, aunque suponga elevar el consumo de combustible y aumentar nuestro impacto medioambiental, lo cierto es que desactivar el Start/Stop alarga de forma considerable la vida todos estos componentes.
Exceso de temperatura: aunque el Start/Stop cuenta con sus leyes de trabajo para no apagar el motor térmico, lo cierto es que existen situaciones que no se tienen en cuenta. Por ejemplo el uso intensivo del motor por tiempos prolongados o una conducción intensiva. Tras un esfuerzo importante de nuestra mecánica, es importante que garanticemos un tiempo de reposo en donde refrigerante y lubricante reduzcan el estrés generado y eviten focos de calor. Esto es especialmente importante en motores turboalimentados. Es justo señalar que en los motores más modernos se instalan bombas eléctricas para lubricante y refrigeración, consiguiendo así evitar que se interrumpa el flujo de ambos elementos aunque esté detenido el propulsor.
Más vibraciones, más averías: arrancar y parar numerosas veces un propulsor supone someter a la mecánica a continuas vibraciones, algo que afecta sobre todo a los tacos de motor. Estos silentblocks tienen como único fin absorver estas vibraciones para mejorar el confort, pero también para evitar problemas mecánicos. Es habitual que los coches que circulan en ciudad y cuentan con Start/Stop, acaben sufriendo este tipo de averías, tanto más cuanto más vibre el motor de por sí: diésel, propulsores de 2 o 3 cilindros, etc.
¿Cómo se desactiva el Start/Stop?
Para desactivar la función Start/Stop en nuestro coche, tan solo tendremos que fijarnos en el salpicadero o la consola central de nuestro vehículo. En la amplia mayoría de coches existe un botón dedicado para desactivar manualmente el Start/Stop, pero nos obligará a repetir la maniobra cada vez que apaguemos por completo el vehículo.
En algunos vehículos es posible desactivar el Start/Stop accediendo a la ECU del vehículo, sin embargo esta solución ya obliga a manipular la ECU y anularía por completo el sistema, pudiendo llegar a afectar al trabajo de los sistemas anticontaminación y perjudicarnos en la inspección ITV. Recordemos que la prueba OBD persigue detectar este tipo de manipulaciones.
Si bien la desactivación es entendible en pos de evitar posibles averías, no hay que olvidar que un motor en constante funcionamiento consume y contamina más, por lo que nuestra recomendación es desactivar el Start/Stop únicamente en aquellas situaciones donde sean demasiado constantes las paradas y arranques, o el motor necesite un perido de reposo a ralentí.
Llegan las multas por no apagar tu motor
Además debemos tener en cuenta que a futuro se pretende perseguir, y multar, a los coches que en determinadas zonas y circunstancias estén parados con el motor encendido. Con la implantación de la zonas de bajas emisiones y la llegada de radares de ruido y emisiones, las autoridades podrán saber si cumplimos con las restricciones de uso del motor térmico y si nuestro motor está funcionando en una situación donde está prohibido.