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El humo del escape de tu coche puede resultar tremendamente revelador a la hora de diagnosticar posibles averías y, lo que es aún más importante, llevar a cabo un diagnóstico precoz de futuras averías antes de que sea demasiado tarde, la solución compleja, y el coste de su reparación muy elevado. Una de las preguntas más habituales que se hacen muchos conductores es por qué su diésel expulsa humo blanco. Pero la pregunta que nos deberíamos hacer primero es si ese humo blanco es síntoma de una avería, o por contra es normal y, en el primer caso, que averías podría estar revelándonos.
¿Es normal que mi diésel expulse humo blanco?
Efectivamente, es normal que un diésel expulse humo blanco en el arranque del motor, especialmente si la temperatura exterior es muy baja. Inicialmente no deberíamos preocuparnos. Es normal que al arrancar el motor la salida de escape de nuestro diésel emita un humo ligero y blanquecino. En la mayoría de los casos suele deberse al vapor de agua que se genera en la línea de escape y no necesariamente debería estar asociado a una avería.
¿Cuándo deberíamos preocuparnos por el humo blanco de un diésel?
Deberíamos preocuparnos si el humo blanco que emite nuestro diésel es denso y persiste, si tiene un olor característico, y si en vez de ser un color blanquecino y semi-transparente se torna ligeramente azulado. De manera que en nuestro diagnóstico ya podemos tener en cuenta varios aspectos, nos ha de importar la cantidad, la densidad, el color, y el olor del humo que emite nuestro diésel.
En función de estos aspectos ya podremos diagnosticar la avería, o que sistemas no están funcionando correctamente, para apresurarnos a buscar una solución y evitar averías más graves y costosas.
Hemos de insistir en que lo mejor que podemos hacer es cumplir con los periodos de mantenimiento de nuestro coche, llevarlo al taller periódicamente y de urgencia si sospechamos que puede existir una avería, e incluso llevarlo al taller para revisiones rutinarias con más frecuencia si nuestro coche es antiguo, o ya se han producido con anterioridad otras averías.
¿Qué averías podemos diagnosticar por el humo blanco de nuestro diésel?
El humo blanco denso y persistente suele ser el más preocupante y a menudo tiene que ver con que se esté colando refrigerante en la cámara de combustión. Puede ser el preludio de una de las averías más graves y temidas por los conductores, la rotura de la junta de culata. Si se diagnostica a tiempo, cuando la fisura es pequeña, puede resolverse, pero si la junta se rompe por completo los daños que pueden generarse en el motor son catastróficos, y podría requerir de una reconstrucción.
Si ese humo blanco se torna ligeramente, o completamente, azulado, suele ser un indicio de que el motor está quemando aceite. La razón por la cual puede estar quemando aceite puede deberse, por ejemplo, a una avería en el turbo o, como en el caso anterior, y de nuevo, a una fisura de la junta de culata. En casos extremos, podría producirse incluso un fenómeno peligroso, el de la retroalimentación del motor.
Por otro lado, no solo deberíamos preocuparnos por el humo blanco, sino también por el hecho de que el escape de nuestro diésel emita humo negro, que generalmente se asocia a una mala combustión, y que puede deberse a problemas en inyectores, o sistemas anticontaminación, siendo esta una de las averías más comunes de los diésel modernos (más información sobre averías de filtro de partículas y síntomas de averías de la EGR).