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Los inyectores están presentes en todos los coches de combustión interna desde que se abandonó la carburación. Son los que aseguran una combustión precisa y eficiente, pero al mismo tiempo, pueden ser una fuente de averías y problemas si no se respetan ciertos mantenimientos, especialmente en coches diésel modernos. En este artículo vamos a hablar de algunos de los síntomas de inyectores sucios o averiados en un coche moderno, y también de las causas de estos problemas. Al final, emitiremos unas recomendaciones para ayudarte si tu coche tiene un problema de inyectores.
¿Por qué se ensucian o averían los inyectores de un coche?
Los inyectores están funcionando de forma constante mientras el motor del coche está encendido. Son los encargados de introducir en la cámara de combustión la candidad precisa de combustible, necesaria para que la combustión ocurra de forma ideal, en base a los parámetros calculados por la centralita electrónica. Con el tiempo, en los inyectores se acumulan millones de ciclos de funcionamiento, cambios bruscos de temperatura y a través de ellos pasan miles de litros de combustible. Combustible que inevitablemente acaba creando depósitos, especialmente si no hemos sido cuidadosos en el mantenimiento del filtro de combustible.
Estos depósitos acaban provocando una descompensación en la forma en que el combustible es pulverizado y pueden obstruir parcialmente el inyector. Esto provoca un funcionamiento anómalo y errático que es fácilmente perceptible, como explicaremos a continuación. La propia aguja del inyector también acusa desgaste físico, y puede provocar que se inyecte más o menos combustible de los debido, o que el inyector se quede «abierto» cuando no debería estar inyectando combustible. La junta del inyector también puede perder estanqueidad, y provocar fugas.
Como veremos a continuación esto causa problemas en el coche que afectan a otros elementos mecánicos.
Síntomas de inyectores sucios o averiados
Estos son algunos de los síntomas más comunes y obvios en un coche con inyectores sucios o averiados. En muchos casos, el deterioro o ensuciamiento de los inyectores es muy gradual, y a ojos del conductor habitual del coche puede ser incluso inapreciable. Como siempre, recomendamos escuchar a nuestro coche de forma habitual, y al mínimo cambio, alteración o sonido desconocido, actuar en consecuencia. En muchas ocasiones, detectar una avería incipiente puede salvarnos de una avería de mayor consideración o un problema más serio. Como siempre, recordad que cada coche y motor puede ser un mundo en cuanto a estos síntomas.
Dificultad para arrancar el motor
Nos costará arrancar el motor, normalmente más en caliente que en frío. Durante el arranque el motor retemblará y puede que incluso se cale. Por otra parte, un mal arranque en frío también puede estar causado por inyectores en mal estado, pero en una gran parte de casos es achacable a una batería en mal estado, o en el caso de un coche diésel, unos calentadores cansados y pendientes de sustitución.
Tirones y pérdida de potencia, ralentí inestable
Es el síntoma más habitual de unos inyectores sucios o en mal estado. El ralentí inestable, especialmente en caliente, es uno de los más obvios. El motor incluso puede cabecear visiblemente, algo que a la larga también causará problemas en los tacos del motor y otros elementos mecánicos. Este ralentí podría venir acompañado de una pérdida de potencia más o menos patente y tirones al acelerar. Estos tirones suelen ser más perceptibles con poca carga de acelerador y a bajas revoluciones. En ocasiones es complicado establecer un «patrón» para el fallo, pues incluso podría ser intermitente.
Olores y humo excesivo
Asociado a un problema de inyectores puede producirse un problema de olores y humo excesivo, causados por la mala combustión que se está produciendo en el motor. El olor no es el olor típico del aceite o el anticongelante quemados, es mucho más «alquitranado». Si un inyector se queda abierto más tiempo de la cuenta o gotea, esos restos de combustible no se quemarán adecuadamente y el coche emitirá un denso humo grisáceo a causa de ello. En casos graves este humo puede incluso ser una densa nube, llamativa y amenazadora. Estos restos de combustible sin quemar, dicho sea de paso, pueden dañar gravemente el filtro de partículas – si nuestro coche lo equipa.
Aumento del consumo de combustible
Un mayor consumo de combustible suele venir asociado a los síntomas arriba descritos. Para detectar un consumo excesivo deberíamos comparar el consumo habitual con el que estamos registrando, para lo que recomendamos aplicaciones como Spritmonitor o Fuelio. Suena «friki» y posiblemente lo sea, pero un aumento del consumo de combustible suele ser un gran indicativo de que existe un problema en nuestro coche.
Cómo evitar que los inyectores del coche se ensucien o estropeen
El tiempo y los kilómetros son factores de desgaste inexorables, pero podemos retrasar la sustitución de unos inyectores siguiendo ciertos consejos. El más importante es ser pulcro y puntual con la sustitución de los filtros de combustible del coche, la última línea de defensa del motor para un combustible sucio o con impurezas. Igualmente, no aconsejamos repostar en una gasolinera si el camión cisterna está llenando sus depósitos, o acaba de hacerlo. Aunque no todo el mundo los recomienda, usar a intervalos periódicos un buen limpia inyectores puede ayudar a mantener el sistema limpio.
Recalcamos lo de usar un buen limpia inyectores, muy alejado de los botes de 10 euros que se venden en muchas gasolineras. Una limpieza anual o bi-anual, especialmente en coches entrados en años y kilómetros, ayudará a mantener el sistema limpio. No obstante, insistimos: un limpia-inyectores puede solucionar un problema de inyectores sucios, pero no es un producto milagroso: no reparará mágicamente un inyector en mal estado.
¿Cuáles son mis opciones? ¿Debo acudir a un taller?
Un problema de inyectores puede ser elusivo y difícil de detectar. Aunque algunos síntomas puedan ser más o menos obvios, solo un especialista podrá darnos una respuesta certera. Mediante un escáner OBD puede comprobarse que los inyectores estén pulverizando la cantidad adecuada de combustible. Pero este sencillo análisis no puede hablarnos de sus retornos o de su estanqueidad. Para ello, tendrán que ser desmontados y comprobados cuidadosamente por un bombero, que analizará su comportamiento – mediante un carísimo y complejo equipamiento de análisis – y medirá de forma precisa sus parámetros de funcionamiento.
Si un inyector está en mal estado, puede ser reemplazado por un inyector de intercambio, o reconstruido. Estas opciones pueden oscilar entre los 150 y los 250 euros en un coche diésel common-rail, mientras que un inyector nuevo casi siempre se irá por encima de los 250 euros. Si nuestro coche es antiguo y sus inyectores son sencillos – trabajan a mucha menos presión y no tienen electrónica – el precio de la avería será mucho más bajo. Hay que tener también en cuenta el precio de la mano de obra de esta operación y los servicios de un bombero, que suelen ser caros, a raíz de la naturaleza especializada de su trabajo.