Engranar la marcha equivocada nunca es plato de buen gusto, pero cuando esa equivocación se trata de la marcha atrás podemos hablar de una avería fatal para nuestro coche. Introducir la marcha atrás en movimiento es cuanto menos difícil en un cambio manual, sin embargo engranar la marcha atrás en un cambio automático y en marcha sí que es posible en ocasiones. Por ello hoy vamos a explicarte por qué nunca deberías intentar meter marcha atrás cuando tu coche está en movimiento, más aún si es a alta velocidad.
La marcha atrás, insertar siempre en parado
Todas las cajas de cambio modernas instalan sistemas que imposibilitan que engranemos la marcha atrás si estamos circulando con una relación de avance. Ya sea un cambio manual, automático por convertidor de par, robotizado, secuencial o doble embrague, estas transmisiones han sido diseñadas para evitar este tipo de equivocaciones ya que la inserción de la marcha atrás en marcha y a una velocidad más o menos elevada puede provocar la total rotura de la caja de cambios.
Por regla general los sistemas de bloqueo suelen ser tipo mecánico, sin embargo cada vez son más habituales los sistemas de bloqueo electrónico mediante actuadores que impiden que la marcha atrás sea insertada hasta que no se cumplen unas reglas mínimas como tener detenido el vehículo, régimen del motor en ralentí o muy baja velocidad de desplazamiento. Aún y con esas, los bloqueos pueden fallar, cuando no ser manipulados o forzados como demuestra el siguiente vídeo.
Averías fatales por no usar bien la marcha atrás
Sin llegar a situaciones desproporcionadas, una mala costumbre muy habitual entre los conductores es la de insertar la marcha atrás cuando el vehículo no se ha detenido por completo. Esto es común a coches con cambio manual y automático, provocando el típico salto de marcha que se traslada a todo el vehículo, además del también típico – y doloroso – ruido donde se hace perceptible cómo engrana la marcha atrás con fuerza y rascando. Esta situación se produce porque con el coche aún sin detener, la caja de cambios aún recibe movimiento de las ruedas cuando intentamos cambiar de primera a marcha atrás, provocando así ese sobreesfuerzo sobre los engranajes. Esta mala costumbre no suele culminar en rotura, por lo menos no a corto plazo, aunque acortamos considerablemente la vida útil del cambio.
¿Pero qué sucede cuando el cambio nos permite no solo insertar marcha atrás en movimiento, sino que además lo permite a velociades elevadas? Es aquí cuando debemos alertar de que estamos ante un riesgo muy serio de rotura, además de un problema de gran envergadura que puede provocar una pérdida de control en el vehículo. Circular a alta velocidad y forzar que la marcha atrás sea engranada supone un elevadísimo estrés para engranajes, rodamientos, árboles… todas las piezas de la transmisión. Hablamos de invertir el giro de las ruedas cuando estas ya poseen un movimiento a muy alta velocidad, lo que conlleva vencer todas las fuerzas que se oponen al nuevo movimiento que estamos demandando.
El final más probable de engranar marcha atrás a alta velocidad, si no hay ningún sistema de seguridad que lo impida, es la detención brusca y sin control del vehículo, o la total rotura de la transmisión ante la imposibilidad de soportar el estrés al que está siendo sometida. La rotura de una caja de cambios, por sencilla que esta sea, no solo supone un elevado importe, tanto o más cuanto más sofisticada y compleja sea, teniendo que añadir por supuesto la mano de obra pertinente para la extracción de la transmisión difunta y la instalación del nuevo cambio. Hablamos de miles y miles de euros, pudiendo seguir sumando euros si la rotura del cambio termina afectando a otros elementos aledaños como el diferencial, embrague, caja de transferencia, árboles o el propio motor.