No me digáis que no conocéis a alguien que tira del freno de mano del coche como si le fuera la vida en ello. Los frenos de mano eléctricos cada vez son más populares, pero aún hay millones de coches con frenos de mano «de toda la vida», que accionan los frenos del tren trasero – por norma general – al tensionar con la palanca un cable a ellos conectado. El sistema es realmente simple, pero es efectivo y permite que nuestro coche no se mueva cuando está estacionado. Ahora bien, no es necesario tirar de la palanca del freno de mano con violencia, y si lo haces, estarás buscándote problemas y averías.
Qué problemas puedes causar por tirar con violencia del freno de mano
Como os decíamos, la palanca del freno de mano es un sistema muy simple. Un cable conectado a la palanca acciona las pinzas o tambores de freno, bloqueando las ruedas del coche. Un mecanismo de carraca situado en la propia palanca se encarga de que esa tensión se mantenga cuando dejamos de tirar de la palanca. Sobre la carraca y el botón que la libera ya hemos publicado un artículo a fondo, dando consejos para no provocar averías en el sistema. Centrémonos en el freno de mano en sí, y en el cable. Cable cuya tensión es imprescindible para un correcto funcionamiento.
Si se tira con violencia del freno de mano, o se hace mucha fuerza cuando el mecanismo ofrece resistencia, el cable que acciona los frenos puede deteriorarse. En el mejor de los casos, el cable se destensará. Para tensarlo es necesario desmontar los paneles que rodean el freno de mano – con menor o mayor dificultad, según el coche – y con una llave inglesa volver a tensarlo. No obstante, el cable y su funda también se pueden deteriorar o romper. Si llegan a partirse tendremos que pasar por taller para una reparación si no somos unos manitas.
No es una avería cara, pero entre piezas y mano de obra será un pellizco. Sin contar con que no podremos poner el freno de mano en el coche, teniendo que recurrir por el momento a dejar una marcha engranada. Además de estas averías por ser «brutos», nos podemos encontrar con problemas más operativos. Un freno de mano destensado requerirá que tiremos cada vez más de la palanca, y en última instancia incluso así perderá capacidad de frenado. Podemos encontrarnos con un freno de mano que apenas funcionará en terreno llano, o permita que el coche se desplace.
Cómo accionar correctamente el freno de mano
La respuesta podría resumirse en «con cuidado». Con el freno de servicio del coche pisado y el botón de la palanca pulsado – para no desgastar en exceso la carraca – tiraremos del mismo, soltando el botón para bloquearlo cuando notemos que existe algo de resistencia. Entonces soltaremos el freno de servicio y comprobaremos que el coche no se mueve, algo especialmente importante si estacionamos en pendiente. Si el coche se mueve, tiraremos un poco más y repetiremos la comprobación. Suena complicado y laborioso, pero no lleva más de 10 segundos.
Cuando el coche no se mueva, soltaremos el freno de servicio y dejaremos que el coche descanse sobre el freno de mano. Como precaución adicional para que el coche no se mueva, podemos dejar una marcha engranada.