Los motores de nuestros vehículos producen vibraciones de forma inherente. Vibraciones que elementos como los volantes de inercia o los tacos de motor se encargan de amortiguar, por nuestra comodidad, y por el propio bienestar y buen funcionamiento de la mecánica. En ocasiones, estas vibraciones pueden ser excesivas, y son especialmente notorias cuando estamos parados, con el coche arrancado pero el cambio en punto muerto. En este artículo repasaremos algunas de las posibles causas de estas vibraciones, y cómo ponerles remedio.
Un volante bimasa en mal estado
Aunque los volantes bimasa son más comunes en coches diésel, también están presentes desde hace años en coches de gasolina. Si tu coche está entrado en años o kilómetros, existe la posibilidad de que tu volante de inercia bimasa no esté en buen estado. Sus resortes internos se desgastan y el volante se desequilibra, produciendo cabeceos del motor y traqueteos, especialmente al ralentí o a bajas vueltas. Reemplazar un volante de inercia bimasa no es barato, y suele acompañarse de un nuevo disco de embrague, una operación con abundantes horas de mano de obra.
Según el vehículo y el taller elegido, el reemplazo de un volante bimasa puede oscilar entre los 600 euros y los 2.000 euros. ¿Qué forma es la más rápida de saber que el volante bimasa es el problema? Si al pisar el embrague los ruidos desaparen. En casos extremos y poco comunes, la vibración podría venir del árbol primario de la caja de cambios, o de su eje secundario, pero estas vibraciones tendrían que ir acompañadas de una gran dificultad para engranar marchas, y en general un mal funcionamiento del cambio.
En este caso estaríamos ante una avería mucho más grave, que exigiría la reparación o sustitución de la caja de cambios. Como os decimos, es un caso muy poco común.
¿En qué estado están los tacos de tu motor?
Los cojinetes del motor, silentblocks o tacos de motor, son unos elementos de goma y metal que se encargan de que las vibraciones producidas por el propulsor no se transmitan al habitáculo, además de amortiguar los propios movimientos de flexión que hace el motor a causa de su funcionamiento. La goma de los tacos se acaba degradando con el tiempo y el uso, generando holguras y vibraciones no deseadas. Hay varios tacos que sujetan el motor, tanto por su parte superior, como en la parte inferior, y también hay soportes junto a la caja de cambios.
Si el motor vibra en exceso al ralentí y sientes cabeceos excesivos al acelerar o al soltar de golpe el acelerador – en este caso, el culpable será el taco inferior, conocido como soporte «antipar» – así como arranques y paradas de motor muy bruscos, es bastante plausible que tus tacos de motor estén en mal estado y requieran de una sustitución. Afortunadamente, son piezas de bajo coste y reemplazo relativamente sencillo en taller.
Revisa el sistema de inyección y los calentadores, especialmente en coches diésel
Si el volante bimasa está en buen estado y también lo están los tacos de motor, debemos buscar las causas de la vibración en otro sitio. De forma inherente a su funcionamiento los motores diésel generan más vibraciones que los motores de gasolina, y esas vibraciones, si están desacompasadas, pueden tener su origen en un sistema de inyección fuera de punto. Si uno de los inyectores de nuestro diésel common-rail está sucio o está en mal estado, se generarán molestas vibraciones, que podrían incluso confundirse con un volante bimasa estropeado.
¿Cómo puedes saber si las vibraciones provienen del sistema de inyección? Lo sabrás si estas vibraciones se producen solo en frío o en caliente o si se minimizan al activar consumidores como el sistema de aire acondicionado. La única forma de saberlo a ciencia cierta es mediante la conexión del vehículo a una máquina de diagnóstico. Si tu coche tiene un motor de gasolina las vibraciones siempre serán inferiores a las de un diésel, pero podrían provenir de bujías y bobinas en mal estado, y sería el primer lugar a comprobar bajo mi punto de vista.
Por último, y de nuevo volviendo a coches con un motor diésel – mucho más susceptibles de vibraciones – no olvides revisar el estado de los calentadores: si están en mal estado, el coche puede vibrar de forma considerable, pero solo lo hará al arrancar en frío, y nunca durante más de un minuto.