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La edad media del parque móvil en España ronda los 14 años. Por desgracia, muchos no tenemos los recursos económicos para cambiar de coche cada 7 años, ni siquiera para adquirir un coche nuevo. Recurrimos al mercado de segunda mano y vamos encadenando coches usados. Coches que deben ser fiables y de mantenimiento relativamente económico. Coches que merecen – y demandan – cuidados y atenciones si queremos que nos presten un buen servicio. En este artículo os queremos dar 5 consejos para tratar adecuadamente un coche de diario entrado en años.
No quiero que penséis que este es otro artículo genérico de «consejos». Es un artículo escrito en base a mis experiencias y conocimientos acumulados como propietario de un coche entrado en años. Mi coche de diario tiene cerca de 15 años, pero sé que todas las mañanas va a arrancar y sé que puede cruzar la Península Ibérica sin problema alguno – pese a estar cerca de los 300.000 kilómetros. También sé que un coche más moderno es capaz de llevarme a todos lados de forma mucho más cómoda, segura y eficiente. Negar lo evidente sería absurdo.
Pero si tratas adecuadamente a tu «coche viejo» te dará satisfacciones, sin vaciar tu cuenta corriente. No lo vamos a negar: son coches que requiere que estemos «encima» de ellos, que requieren mantenimientos preventivos y cuidados que pasaríamos por alto en un coche nuevo. Por suerte, muchas de sus reparaciones o mantenimientos son asequibles, e incluso tú mismo puedes llevarlas a cabo con la ayuda de unas pocas herramientas básicas: ¿por qué no te animas a cambiarle el aceite a tu coche por ti mismo?
Sin más dilación y sin rodeos, vamos a explicaros cómo tratar a un coche de diario entrado en años – si quieres que te acompañe durante muchos más.
1) Conduce de forma suave
La salud y la resistencia física de tu coche no es la misma que cuando era nuevo. Algunos componentes mecánicos o piezas del tren de rodaje pueden haber desarrollado holguras, y los miles de cambios de temperatura endurecen los plásticos y componentes de goma, haciéndolos frágiles. Piensa que el coche no fue desarrollado con las tolerancias micrométricas de un coche moderno, ni fue sometido a pruebas de durabilidad y resistencia tan exhaustivas. Un sobreesfuerzo innecesario – como un buen rato circulando a alta velocidad o una conducción agresiva en demasía – puede provocar una avería en tu coche.
Para evitar este tipo de imprevistos – además de un recomendable saneamiento de componentes de goma y tubos de vacío – es recomendable tratar con suavidad al coche. Espera un minuto con el motor arrancado antes de iniciar la marcha, y mueve la palanca de cambios con suavidad, sin prisa. Evita circular por zonas demasiado bacheadas, o hazlo con cuidado si no te queda otro remedio. Piensa en los consejos que te damos para tratar adecuadamente embrague o suspensiones en un coche moderno, y redobla el nivel de atención y mimo.
2) Adelanta cambios de aceite y mantenimiento: cúrate en salud
Mi coche de diario tiene un motor diésel con casi 300.000 km a sus espaldas. Aunque la marca estipula los cambios de aceite en intervalos de 15.000 km, cambio su aceite cada 10.000 km. Un motor entrado en años ensucia el aceite más rápidamente. Sus componentes internos desarrollan ligeras holguras con los años y los kilómetros, haciendo que la lubricación tenga un papel clave en su buen funcionamiento. Personalmente, uso un aceite específico para motores de alto kilometraje. En la fórmula de este aceite hay ciertos componentes que mejoran la lubricación y frenan en la medida de los posible el inevitable desgaste de sus componentes.
Asegúrate de que tu coche usa el aceite que le corresponde, dentro de las especificaciones que el fabricante recomienda. Tampoco olvides que el coche tiene otros fluidos y filtros que merecen tu atención. Cambia los filtros de aire y combustible cuando el fabricante lo especifica, sin olvidarte del filtro de polen del habitáculo. No olvides comprobar el nivel del anticongelante y líquido de frenos.
3) Vigila el nivel y consumo de aceite
Además de adelantar los cambios de aceite, cada dos semanas reviso el nivel de aceite del motor. Es normal que un motor entrado en años consuma algo de aceite. En mi caso, consume algo más de medio litro entre cambios de aceite. No es un consumo preocupante, pero es necesario saber que existe y rellenar aceite cuando veamos que el nivel baja – siempre llevo una lata de aceite en el maletero. Lo hemos dicho por activa y por pasiva: pocas cosas hay peores para un motor que circular con un nivel insuficiente de aceite. Recuerda comprobar el nivel de aceite tras un viaje largo o una conducción más deportiva.
4) Escucha sus ruidos, y actúa en consecuencia
Si tu coche tiene ya unos cuantos años – o décadas – no tendrá sensores que te indiquen que el nivel de aceite es bajo o que un neumático ha perdido presión. Tampoco te recordará cuando toca pasarle la revisión, ni aparecerá un testigo de «fallo motor» cuando algo esté a punto de romperse. Es por ello que es muy importante escuchar los ruidos de tu coche, además de conocerlos. Si el coche empieza a «chirriar» al arrancar en frío, no ignores el ruido: es muy posible que tu correa de accesorios esté muy desgastada o su tensor esté pidiendo un cambio. Si lo ignoras, la avería llegará, y lo hará en el momento más inoportuno.
Si ha aparecido un ruido nuevo y no sabes qué puede ser, pásate por tu taller de confianza antes de que sea demasiado tarde. Tu coche y tu cartera acabarán agradeciéndolo. Las suspensiones y el tren de rodaje de un coche entrado en años suele ser un festival de traqueteos y golpeteos, especialmente si el anterior propietario ha ignorado su mantenimiento. No esperes a que en la ITV te digan qué componentes de tu coche necesitan un reemplazo. Cambiar las rotulas de la dirección o las bieletas de la barra estabilizadora es sencillo y asequible – y al igual que otros arreglos, lo puedes hacer tú mismo.
5) No escatimes en «básicos» como neumáticos o frenos
Aunque conduzcas un «coche viejo», no deberías escatimar en básicos como neumáticos o frenos. Es más, me atrevería a decir que son aún más importantes que en un coche nuevo. Un coche entrado en años puede carecer de sistemas como el ESP, e incluso podría carecer de ABS. Si a ello le sumamos un tren de rodaje cuyos mejores días han quedado atrás, la importancia de unos buenos neumáticos pasa a ser capital: son lo único que te une a la carretera y es imperativo que estén en perfecto estado – ni desgaste excesivo, ni mordiscos, ni bultos. Asegúrate de que las pastillas de freno tienen vida por delante, y que los discos de freno no están alabeados o demasiado gastados.
Si te lo puedes permitir, renueva los amortiguadores de tu coche. Es posiblemente uno de los componentes del coche cuya renovación es más perceptible de forma empírica. Los amortiguadores son componentes muy descuidados en coches de segunda mano, y pueden marcar la diferencia entre una esquiva correcta o un trompo en situaciones extremas. Unos amortiguadores en mal estado alargan las distancias de frenado y desestabilizan al coche en situaciones delicadas. No son componentes caros: una pareja de amortiguadores puede rondar los 100 euros, más el coste de mano de obra a la hora de instalarlos.