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Los coches diésel modernos cuentan con sofisticados motores. Maravillas tecnológicas con sistemas de inyección common-rail, cuyos inyectores trabajan a presiones que en algunos coches superan los 2.000 bar. Precisas máquinas que han convertido a los diésel en motores tan eficientes como potentes y refinados. El lado oscuro de estos motores es su complejidad, en parte causada por sus sistemas anticontaminación, como los FAP, la EGR o los sistemas de tratamiento de gases por AdBlue. En este artículo os vamos a hablar del filtro de combustible, un elemento clave – y muchas veces olvidado – para su buen funcionamiento.
¿Cuál es la función del filtro de combustible?
El sistema de inyección de tu coche diésel trabaja a grandes presiones y sus componentes tienen tolerancias micrométricas. Para su correcto funcionamiento es vital que el combustible no tenga impureza alguna. El gasóleo almacenado en nuestro coche puede contener impurezas y residuos. El motivo es que cuando repostamos combustible, abrimos el depósito del coche al exterior. No solo eso, el gasóleo de los tanques de la gasolinera – pese que las gasolineras están obligadas a tener sistemas de filtrado – puede contener residuos e impurezas, además de la posible presencia de agua.
Averías que evita un filtro de combustible en buen estado
Pensad en las típicas piedrecillas y residuos que encontramos al vaciar el filtro de aire del coche. Una de esas minúsculas piedras podría destrozar el sistema de inyección de nuestro coche, causando una avería de varios miles de euros. El agua también puede causar daños en el sistema de inyección: favorece el crecimiento de bacterias y microorganismos que acaban por formar una especie de «lodo», que termina por depositarse en los componentes del sistema de inyección. Hay varios componentes clave en el sistema de inyección de un coche diésel, siendo los más importantes los inyectores y la bomba de combustible.
En un diésel moderno, un solo inyector puede tener un coste fácilmente superior a los 300 euros. Desmontar y reconstruir una bomba de gasoil de un sistema common-rail se dispara fácilmente por encima de los 1.000 euros. No quieres tener este tipo de averías. Es por ello que es clave mantener en buen estado el filtro de combustible de tu coche y cambiarlo cuando toca. El manual de tu coche especificará sus intervalos de mantenimiento. No suelen durar más de 60.000 km. Son piezas baratas, con precios que suelen oscilar entre los 5 euros de los más sencillos y los 40 euros en el caso de los más complejos.
Cómo sustituir el filtro de combustible
El filtro de combustible suele estar ubicado en el vano motor del coche, en una zona de fácil acceso. Cambiarlo suele requerir pocas herramientas, y está al alcance de incluso los menos duchos en estas labores de «bricolaje». En algunos coches está situado junto al depósito de combustible o las líneas de combustible que salen del mismo, y para llegar a él suele ser necesario subir el coche a un elevador. La labor del filtro de combustible también es acumular el agua existente en el gasóleo. Algunos coches modernos pueden tener un sensor que nos avisa de su saturación.
Para sacar el agua de su interior es necesario purgarlo, una labor que suele implicar poco más que deshacer una rosca y dejar salir el agua a un recipiente. Personalmente, purgo el filtro de combustible en cada cambio de aceite, y en la mayor parte de ocasiones la presencia de agua es testimonial. El filtro de combustible es una pieza sencilla y barata que juega un rol fundamental en el buen funcionamiento de tu coche. No olvides cambiarla, y no descuides su mantenimiento. Escatimar en el mantenimiento de este filtro por ahorrarse unos pocos euros, no merece en absoluto la pena.