Realizar un mantenimiento básico y preventivo de nuestro coche es la mejor forma de alargar su vida todo lo posible. Por ello en Diariomotor hemos preparado este vídeo tutorial para realizar por ti mismo una revisión básica a tu coche, una inspección sencilla y rápida que te permitirá saber el estado de forma de tu automóvil en todo momento. Nuestro objetivo es que cualquier conductor pueda conocer la información mínima necesaria sobre su coche y su motor, ganando con ello en seguridad, pero pudiendo ahorrar bastante dinero y tiempo en averías.
¿Cuándo y por qué debemos revisar los niveles del coche?
En este vídeo nos hemos centrado en 4 puntos clave que podemos encontrar en cualquier motor de combustión interna, ya sea diésel, gasolina, híbrido o movido por gas. Se tratan de inspecciones que toman apenas unos minutos, y que realizadas de forma periódica nos pueden servir para prevenir averías o problemas menores. Nuestra primera recomendación es que realicemos una revisión de niveles como mínimo una vez al mes, pero si usamos el coche de forma asidua o lo sometemos a cargas importantes, deberíamos aumentar la frecuencia. Repetimos que se trata de una inspección de apenas unos minutos y en donde podemos conocer mucha información.
Revisar el nivel de aceite
Revisar el nivel de aceite lubricante es un factor clave en todo motor de combustión interna, pues hablamos de un fluido vital para el correcto engrase de las piezas móviles. Con ello mantenemos a raya el desgaste y los excesos de temperatura. Así, revisar el nivel de aceite es tan sencillo como echar mano de la varilla de aceite, y en su defecto, de los sistemas de medición electrónica que ofrezca el vehículo. Esta medición debe realizarse siempre en frío (salvo que el fabricante indique otra cosa) y con el coche en posición horizontal. Con la varilla limpia verificaremos el nivel de aceite, que debería estar lo más cerca de la cota máxima. De no ser así recomendamos rellenar cumpliendo con las recomendaciones del fabricante en tanto a graduación y composición.
Revisar el nivel del líquido de frenos
Cuando hablamos de frenos no solo es importante el estado de pastillas o discos, sino que debemos prestar mucha atención también al líquido del circuito de frenos. Este líquido es el encargado de transmitir la fuerza de nuestro pie a las ruedas, por ello, cualquier probleme en líquido se traduce en una merma en las prestaciones. El líquido de frenos no debe presentar depósitos, tampoco ofrecer un color turbio, humedad, etc. El líquido de frenos es de color translúcido, por lo que cualquier degradación se puede detectar de forma rápida. Si encontramos el nivel del líquido de frenos bajo, podemos rellenar con líquido de frenos que cumpla las exigencias del fabricante de nuestro coche. Si con el paso del tiempo detectamos una pérdida de líquido habitual es síntoma inequívoco de fuga, del mismo modo la degradación del líquido es argumento suficiente para su sustitución completa.
Revisar el nivel del refrigerante
Verificar el nivel de refrigerante o «agua» de nuestro motor es una tarea muy importante. De este fluido depende la correcta disipación del calor del motor, permitiendo además protegerlo contra temperaturas extremas, tanto en frío como en calor. La verificación del refrigerante debe realizarse siempre con el motor frío y con el vehículo estacionado en posición horizontal. Del mismo modo debemos cerciorarnos de que el circuito no cuenta con presión para prevenir la proyección del líquido hacia el exterior. Para su medición nos tendremos que ir hasta el bote expansor, un acumulador de refrigerante que por regla general cuenta con lectura de mínimo y máximo. Lo ideal es que el refrigerante siempre se sitúe en el nivel máximo. En el caso de no ser así podemos rellenar, y nuestra recomendación es que esta reposición se realice siempre con líquido refrigerante que cumpla las exigencias del fabricante. Jamás debemos usar agua común. El color del refrigerante también es importante que sea respetado en la reposición, pues así será más fácil detectar fugas hacia el exterior o la presencia de lodos internos por un trasbase de aceite.
Otros niveles y elementos a revisar
Una vez vistos los 3 niveles más importantes a revisar en un motor, ya que estamos con el capó abierto merece la pena prestar atención a otros aspectos no tan críticos, pero sí importantes. Volvemos a repetir que nuestra prioridad es realizar una revisión básica, que necesite poco tiempo y que no requiera herramientas o conocimientos de mecánica. El líquido limpiaparabrisas es otro elemento muy importante de seguridad, por ello, aunque es un sistema más conocido por el grueso del público, también debemos prestarle atención para que nunca esté vacío. Los coches con dirección asistida hidráulica cada vez son menos, pero todavía son muchos los que circulan por nuestras calles. Por ello no está de más que, si cuenta con un depósito fácilmente accesible desde el vano motor, verifiquemos su nivel y lo vigilemos, procediendo a su relleno o sustitución en función de las recomendaciones del fabricante.
Una inspección de filtros de aire tampoco está de más si nuestro coche lo permite. Si tenemos la suerte de contar con un coche con el filtro del habitáculo accesible, nunca está de más que vigilemos la acumulación de suciedad y humedad del exterior, con ello el aire del habitáculo siempre será mejor. Lo mismo ocurre con el filtro del aire motor, pues algunos coches permiten abrir la caja donde se aloja de forma muy sencilla, pudiendo verificar su estado en poco tiempo y sin herramientas. En ambos tipos de filtros, si descubrimos exceso de suciedad recomendamos su sustitución, incluso si no se ha cumplido el periodo o kilometraje de mantenimiento estipulado.
