El próximo mes de enero Peugeot celebrará las bodas de plata de su última victoria sobre la arena del Dakar. Mucho ha cambiado desde entonces la situación. La firma del león apuesta por las dos ruedas motrices en su nuevo 2008 DKR, sucesor del mítico 405 T16 Grand Raid, mientras que la carrera también ha abandonado su final a orillas del Lago Rosa por la salida y llegada en Buenos Aires. En medio habrá nada más y nada menos que 13 etapas.
Obviamente el apostar por un proyecto nuevo conlleva sus riesgos y buena muestra de ello han sido los problemas que ha tenido el equipo galo durante los test previos a la gran prueba de fuego, el Dakar 2015. El mayor secreto del 2008 DKR se encuentra bajo la piel vestida con los colores de Red Bull y de TOTAL. El impresionante motor V6 biturbo diesel de 3.0 litros permitirá cubrir las largas etapas y enlaces que pueblan la próxima edición de la cita sudamericana, ayudado también por un deposito que cuenta con una capacidad de 400 litros lo cual permite al buggy galo cubrir casi 800 kilómetros entre repostaje y repostaje.
Los 340CV, un torque de 800 Nm (el diesel biturbo permite el aprovechamiento a bajas revoluciones) y la mayor ligereza frente a los modelos tracción total (600 kg menos por normativa) permiten que el Peugeot sea el autentico rey fuera pista. A pesar del chasis tubular de acero y una carrocería realizada en kevlar y fibra de carbono, el director de Peugeot Sport ha asegurado que será difícil acercarse al límite de peso mínimo para este tipo de coches. Por ejemplo el SMG se encontraba el año pasado en unos 1.450 kg, mientras que sus rivales de cuatro ruedas motrices tienen como mínimo que cumplir con los 1.950.
Las enormes suspensiones que cuentan con un recorrido de 460 mm (las de los 4×4 son únicamente de 250 mm), hacen que el 2008 DKR tenga su punto fuerte precisamente en las dunas y las etapas abiertas, mientras que serán en las especiales más ratoneras donde deberá demostrar que este diseño de Peugeot cumple con el objetivo de cerrar esa desventaja que tiene previsiblemente con los Mini en este tipo de recorridos, más aún si la lluvia hace acto de aparición con la altitud.
Las ruedas son otra área en la que Peugeot ha sacado todo el rédito que le permite el reglamento del ASO. Los neumáticos Michelin llegan al diámetro de 940 mm, mientras que el de los tracción total es de “sólo” 810 mm, con la ventaja de que el sistema de hinchado de las ruedas se puede controlar desde el interior del habitáculo, una clara ventaja con respecto a los 4×4 cuyas tripulaciones deberán bajarse para desinflar las gomas a la hora de afrontar las dunas y las zonas de arena más blanda. También el frontal mucho más corto (respecto a las ruedas) que el de otros coches hace que el ángulo de las pendientes que se puedan atacar sea mayor que el de otros prototipos. Veremos si la fiabilidad les respeta y consiguen estar el 17 de enero en la capital argentina.
