El interés en la Fórmula 1 lleva tiempo cayendo en picado. El monopolio primero por parte de Sebastian Vettel y el dominio el año pasado de los Mercedes AMG han hecho bastante daño al gran circo tal y como se puede observar en los últimos datos de audiencia televisiva. ¿Lo peor de todo esto? Que a pesar de que los motoristas este año no están obligados a homologar sus motores antes de la primera carrera (al menos si tu nombre no es Honda), los propulsores de Mercedes Benz parecen que seguirán con su imperio del terror.
En principio los medios de información internacionales ya se encuentran hablando de un aumento en el rendimiento de los motores V6 turbo de la estrella, que podrían contar incluso con 50 CV más de potencia según ha desvelado el medio germano Auto Motor und Sport. En 2014, la “fuerza” del corazón Mercedes Benz hizo que el equipo de Lewis Hamilton y Nico Rosberg se llevara todas la victorias salvo tres (las conseguidas por Daniel Ricciardo) y permitió a Williams resurgir de sus cenizas cual Ave Fénix.
2015 promete seguir un guión similar a poco que Mercedes AMG sea capaz de tener un chasis tan competitivo como el de la pasada campaña. Por falta de manos de pilotos no será y la famosa ingeniería alemana ha demostrado ser de sobra fiable en su asalto al Mundial de Fórmula 1. La única esperanza de reducir la brecha es que Renault o Ferrari tengan en la manga algo más que su rival, o que Honda llegue en forma de milagro con un propulsor salido de la compleja mente de los nipones que debute y triunfe. Lo último que se pierde sin duda es la esperanza.