Cualquier análisis previo de lo que podría ser la temporada 2015 de Fórmula 1 deberá realizarse con muchas reservas ya que las reglas del juego suelen modificarse en plena campaña. Un ejemplo claro de ello es el reciente comunicado de la FIA sobre el desarrollo de los motores, excluyendo a Honda. Una variable sorprendente puesto que en 2014 Renault y Ferrari asistieron al campeonato con notables deficiencias en sus unidades de potencia. Ahora, extrañamente se presenta una “laguna” en el nuevo Reglamento Técnico, sin duda un indicio de que el aplastante dominio de Mercedes está aletargando a los espectadores y esa falta de alternativas no resulta buena para el multimillonario negocio de Mr. Ecclestone.
Pero también hay que considerar que en el 2015, Mercedes tendrá la mayoría a la hora de sentarse a negociar, en el Grupo de la Estrategia, con el resto de las escuderías. El equipo matriz y sus clientes: Williams, Force India y Lotus inclinarán la balanza hacia los intereses alemanes, desequilibrando el balance entre las escuderías. De allí que la opinión de los representantes de Mercedes tiene más fuerza que el resto de los equipos juntos.
Las probables deserciones de Caterham y de Marussia también resultan significativas pues eran el símbolo de la supervivencia de aquella utópica promesa de Max Mosley para regular los presupuestos de los equipos. Las nombradas escuderías de bajo costo se han extinguido dejando en el ambiente muchas incertidumbres y una sombra que reposa sobre otros equipos clientes, porque ahora se deberá considerar el posterior costo de las unidades de potencia “evolucionadas” y su repercusión para aquellos que apenas pueden costear las versiones básicas.
En cuanto a pilotos y equipos, la temporada 2015 luce muy atractiva sobre el papel, destacando el traslado de Fernando Alonso a McLaren y la llegada a Ferrari de Sebastian Vettel, ambos pilotos llamados a ser protagonistas de sus propias historias y antagonistas de la dupla de Mercedes AMG. También habrá que estar atentos a la siempre peligrosa estructura Red Bull Racing y a su grupo de prometedores pilotos, entre los cuales se espera la consolidación de Daniel Ricciardo como consecuente aspirante a las victorias.
No obstante, tantas expectativas podrían diluirse iniciando la temporada si Mercedes AMG continúa exhibiendo un poderío ilimitado. La gestión de Toto Wolff el año pasado resultó correcta ya que alcanzó ambos campeonatos y además no permitió que la pugna entre sus pilotos afectara el objetivo principal de la escudería. Si la fiabilidad permanece incólume volverán a ganar muchos Grandes Premios. Básicamente, todos los departamentos se mantienen estables, con la excepción de las salidas de Jock Clear, vía Ferrari, y de Bob Bell, con rumbo desconocido, así que pensar en una fisura interna que permita a otros equipos aproximarse resulta un tanto insensato.
Lewis Hamilton, el actual campeón, partirá como favorito para revalidar la corona, el inglés es sólido mentalmente e invencible cuando el coche resiste el castigo de su pesado pie derecho. En tanto su compañero Nico Rosberg intentará no repetir los mismos errores que le costaron el título en 2014. Ambos pilotos serán referencia esta temporada y los principales animadores del campeonato. Habrá que observar ahora si Rosberg tiene el fuelle necesario para consumar una revancha.
Por estricta lógica, el principal adversario de Mercedes AMG será Red Bull. La escudería austriaca ha marcado el camino, en cuanto a aerodinámica, en los últimos años, inclusive los recientes rumores coinciden en que varios equipos copiaron el frontal del RB10 y lo adaptaron a las nuevas reglas. De allí que sea muy probable la semejanza de un buen número de monoplazas desde la pretemporada.
La fortaleza de Red Bull estará en trabajar conjuntamente con Renault de forma exclusiva. Representantes de la marca francesa declararon el año pasado que su prioridad es ofrecerle a Red Bull todo el respaldo técnico necesario para retornar a la senda de los triunfos. Y es que deberá ser así pues Renault solo cuenta entre sus clientes a Red Bull y a Toro Rosso, ambas escuderías propiedad de Dietrich Mateschitz, así que no habrá esa división de fuerzas que tenía a los galos con problemas en varios frentes.
Además del absoluto respaldo de Renault, la escudería Red Bull tendrá en la revelación de 2014, Daniel Ricciardo, el nuevo piloto líder de toda su estructura. En este punto hay que señalar que el joven australiano cargará sobre sus espaldas un gran peso pues de su compañero, el ruso Daniil Kvyat se espera una temporada de adaptación. ¿Podrá Daniel Ricciardo con la presión de su equipo y de los medios? Porque ahora ganar no será suficiente.
Sin duda, las salidas del piloto Sebastian Vettel y del aerodinamicista Peter Prodomou deberían tener sus repercusiones. No obstante, también resulta preocupante el enfoque parcial de Adrian Newey en el área de diseño, quien ha delegando en un grupo de ingenieros la responsabilidad de avanzar en el proyecto RB11 que él inició. Newey es la piedra angular de Red Bull, pero algún día tendrá que retirarse y el equipo deberá iniciar un tortuoso proceso de reconstrucción.
En cuanto a Toro Rosso, la filosofía se mantiene. Es una escuela de pilotos en la cual Helmut Marko evalúa y, según su criterio, asciende o descarta candidatos para defender a Red Bull Racing. Esta temporada, dos pilotos debutantes tendrán la oportunidad de sus vidas. El holandés Max Verstappen y el español Carlos Sainz Jr deberán batirse en la pista para dilucidar quién es el “Macho Alfa” del segundo escuadrón.
Entre los equipos pequeños, Toro Rosso es el que goza de mejor salud financiera, así que por allí no existen mayores traumas. Las remodelaciones efectuadas en las instalaciones de Faenza, un departamento técnico encabezado por James Key y el desarrollo del propulsor Renault garantizan un buen material para Verstappen y Sainz Jr.
Considero que ambos novatos van a darle una particular intensidad a la temporada. Tienen credenciales y todo dependerá de la capacidad para manejar la presión, porque si algo atenta contra los nóveles pilotos son las expectativas del entorno con respecto a sus desempeños reales; y es allí donde Helmut Marko no cree en cuentos de camino.
Otra escudería de la cual se espera un ascenso sostenido es Williams. El equipo de Grove realizó una fantástica temporada 2014, rivalizando con Red Bull y con Ferrari, sin embargo faltó un “extra” en las estrategias de las carreras para jugárselas a ganador. Las fortalezas del equipo se mantienen para este año: la sociedad con Mercedes, un sólido patrocinador, la correcta dirección técnica de Pat Symonds y una equilibrada pareja de pilotos, Valtteri Bottas y Felipe Massa, aseguran el éxito. La debilidad podría estar en la designación de Susie Wolff como tercer piloto, aunque no es secreto que fue una imposición del jefe de Mercedes.
De los acostumbrados equipos de primer nivel, Ferrari es el que más cambios presenta esta temporada con respecto a la de 2014. Salen del equipo, a nivel de directiva, Luca Cordero di Montezemolo y Marco Mattiacci. A nivel técnico, borraron de la nómina a Pat Fry, Luca Marmorini, Nikolas Tombazis, Hirohide Hamashima, Neil Martin y Andrea Stella. El piloto Fernando Alonso tampoco estará en el equipo en esta nueva etapa. Nombres importantes y con muchos años de servicio para el equipo italiano.
Maurizio Arrivabene se encargará de la jefatura de la escudería, a la cual llegan Mattia Binotto y Simone Resta para encargarse del departamento de motores. Jock Clear, proveniente de Mercedes AMG, también se sube a bordo, al igual que otros nombres importantes, destacando el del piloto alemán Sebastian Vettel, cuatro veces campeón del mundo. Por su parte, el mexicano Esteban Gutiérrez y el francés Jean-Eric Vergne estarán en la reserva por si acaso cualquier eventualidad.
Aventurarse a pronosticar títulos podría ser descabellado, pero en lo personal considero que los rojos estarán de regreso en la senda victoriosa. El propulsor, de los más fiables, será desarrollado para extraerle la potencia suficiente para intentar estar a la par de sus rivales directos y ese será uno de los puntos fuertes del equipo.
La visión y el diseño de James Allison, quien tiene más de un año enfocado en su proyecto “666” garantizan resultados positivos, muy diferentes a los obtenidos con el F14T de Rory Byrne. Y es que se debe recordar que el actual director técnico de la Scudería demostró su valía en las épocas ganadoras de Benetton, Ferrari, Renault y Lotus, así que no deberían existir dudas acerca de su capacidad para afrontar este nuevo desafío. Por otra parte, la pareja de pilotos es sólida ya que se trata de par de campeones; Kimi Raikkonen trabajó con Allison en Lotus y el entendimiento fue pleno, por lo que es factible un retorno del finlandés a los lugares de comando. De Sebastian Vettel hay poco que comentar ya que sus números hablan por él. Una vez fuera de la estructura Red Bull muchos estarán pendiente de lo que haga, pero innegable será el hecho de que aceptó arriesgarse en una aventura donde será el rostro de Ferrari salga bien o salga mal todo lo que venga.
Considero que Ferrari rivalizará directamente con Williams y con Red Bull, en la estela de Mercedes AMG y podría dar más de un susto a los que están contando los pollos antes de nacer.
En cuanto a McLaren Honda, un signo de interrogación aparece por varios flancos. El principal tiene que ver con el Reglamento Técnico en cuanto a la homologación de motores. Las normas indican que los nuevos proveedores (en este caso Honda) deben consignar sus unidades de potencia ante la FIA el venidero 28 de febrero, no así el resto de motoristas.
Según el comunicado de la FIA, Mercedes, Renault y Ferrari tienen la opción de modificar sus propulsores mediante un sistema de fichas (32 para cada uno) las cuales se “gastarán” de acuerdo a los cambios efectuados. Más allá de la confusión generada por tan insólita medida, sorprende que a Honda se le informe a estas alturas ya que prácticamente desecharán sus motores al culminar la temporada.
Si Honda no puede modificar su propulsor, entonces se estaría condenando las opciones de McLaren desde el inicio. Según varios informes, Ron Dennis elevará una queja formal al respecto, argumentando discriminación contra su proveedor, pero si el planteamiento se realiza en el Grupo de la Estrategia, será difícil que la “artillería” Mercedes otorgue concesiones a un rival de la talla de Honda. Al enemigo ni agua.
Suceda lo que suceda con el asunto de los motoristas, de igual forma la temporada 2015 para McLaren representará una etapa de cambios, caracterizándose por un retorno a viejas alianzas. Honda y Fernando Alonso ya han estado en el equipo, así que inician otro ciclo en Woking.
McLaren todavía no ha anunciado un pacto con un patrocinador principal y tal situación resulta un tanto desconcertante. Al igual que en Ferrari, McLaren contará con una sólida pareja de pilotos, conformada por un par de campeones en plenitud de forma y deseosos de reverdecer laureles. El inglés Jenson Button y el español Fernando Alonso intentarán regresar a los primeros lugares, delegando en los diversos departamentos técnicos el poner cada cosa donde corresponde. La gestión interna, encabezada por Ron Dennis, quien regresó de su retiro para encargarse personalmente de este nuevo ciclo, demuestra que no hay espacios para las improvisaciones. Eric Boullier se mantiene en su lugar y se evaluará su desempeño de acuerdo a la gestión de recursos y pilotos, porque si el equipo se transforma en una olla de presión, por aspirar resultados que tal vez no cristalicen de inmediato, con seguridad los japoneses, los pilotos, los ingenieros, la gerencia y los inversionistas inicien la acostumbrada búsqueda de culpables.
Desde un punto de vista objetivo, McLaren atraviesa por horas bajas desde inicios de 2013. Ni siquiera fueron rivales de importancia en ese tiempo y tal situación no fue por falta de propulsor. Creer que el retorno de Fernando Alonso y de Honda revertirá mágicamente dos años de naufragio, pues no lo creo. Al propulsor Honda le faltan kilómetros de desarrollo para estar al nivel del Mercedes, el cual es la referencia si se aspiran victorias. Ciertamente, Honda acumula experiencia en la IndyCar, pero en la actual Fórmula 1 el sistema híbrido y la restricción del consumo de combustible hacen gran diferencia.
A McLaren habrá que tenerle un poco de paciencia. Honda regresa a la categoría tras un reciente fracaso y su sociedad con la escudería inglesa es un manifiesto de su deseo por ganarse un lugar en la nueva Fórmula 1. No obstante, la trayectoria de Honda también está signada por sus caprichosas retiradas cuando la situación no pinta bien.
El resto de escuderías inscritas se caracterizan por caminar al filo de la navaja, si se habla de solvencia financiera. Force India, Lotus y Sauber tienen una historia reciente de deudas y dificultades económicas. Entre las tres, es Force India la que luce con más posibilidades de destacar. Vienen de realizar una excelente campaña y el bono de los constructores le dará cierta holgura para avanzar con firmeza y no diluirse tras la mitad de la campaña, como es una de sus características.
Retener a su valiosa pareja de pilotos, Nico Hûlkenberg y Sergio Pérez, además del propulsor Mercedes y la inversión mexicana constituyen elementos que otorgan una plataforma estable para iniciar con optimismo este campeonato. En la parte técnica se mantiene Andy Green, quien suele sorprender gratamente con sus particulares diseños. El equipo indio ha conseguido una “química” productiva en su personal y el resultado está a la vista. De más está decir que Force India es de esas escuderías simpáticas porque hacen mucho con poco, de allí que sus logros sean celebrados por los fanáticos en general.
En cuanto a Lotus, el panorama luce muy confuso. Desde la salida de James Allison todo ha resultado un retroceso. En 2014, el asimétrico E22 fue presentado como un monoplaza de mucho potencial y resultó ser un desastre en todos los sentidos. Sorprendió que la escudería se aferrara a un coche tan problemático, insistiendo en un “potencial” que no se advirtió en ningún tipo de circuito o circunstancia, un manifiesto tácito de la deriva que atraviesa el departamento técnico.
Los propulsores Mercedes serán el punto fuerte para esta temporada, pero habría que ver hasta dónde aguanta la caja chica del equipo. Gerard López ha expuesto su deseo de vender, incluso sería capaz de renombrar a la escudería si algún inversionista se aproxima con dinero fresco. La dependencia de Genii Capital está en un punto crítico ya que el consorcio invierte dinero y Lotus es un saco roto. Las pérdidas tienen a López y a sus socios con un nudo en la garganta, por ello el campeonato 2015 será un todo o nada.
El venezolano Pastor Maldonado y el francés Romain Grosjean se mantienen como pilotos titulares, ambos con contratos que finalizan este año. El aporte de PDVSA es el aval para acceder a los motores Mercedes ya que la petrolera Total no seguirá apoyando por cuestiones comerciales. El año pasado, a ambos pilotos les resultó difícil establecerse en zona de puntos ya que padecieron innumerables calamidades con el asimétrico E22. Creer que el E23 de 2015 será diferente cuando el departamento técnico está muy mermado pues es para pensarlo varias veces.
Nick Chester se mantiene al frente a pesar de la reciente debacle. A Enstone no ha llegado nadie para torcer el rumbo en la parte aerodinámica y eso preocupa. Aunque el cambio de propulsor debería ser un buen augurio, no es menos cierto que Lotus iniciará la temporada como el eslabón más débil en la jerarquía del motorista alemán. Esteban Ocon será el tercer piloto, esperando con ansias sus oportunidades para lucirse en las prácticas de los viernes.
Si Lotus está a un paso del abismo, Sauber ya saltó y solo espera que un milagro detenga su caída. Sin puntos en el 2014, con las finanzas en alerta roja y sin patrocinadores a la vista, la escudería suiza agoniza. En 2015 será el único equipo cliente de Ferrari, así que su temporada dependerá en gran medida del material suministrado por los de Maranello.
En las instalaciones de Hinwii está todo lo necesario para construir un buen coche, pero si el personal no está a la altura, es poco lo que se puede hacer. Como director técnico, Éric Gandelin no ha estado ni cerca de sus predecesores: Matt Morris y James Key, pero eso es lo que hay y las finanzas no están para permitirse lujos.
La prioridad de Sauber es sobrevivir. Dos pilotos de pago, Felipe Nasr y Marcus Ericsson, tratarán de dar lo mejor que tienen para aspirar a más en otro lugar. Por su parte, Raffaele Marciello estará como tercer piloto, acumulando kilómetros para un hipotético llamado de Ferrari en los próximos años.
Tras este sencillo análisis, y al margen de lo que suceda con respecto a Honda, estimo que Mercedes AMG continuará marcando el rumbo de la nueva Fórmula 1. Es difícil creer que cedan terreno una vez alcanzada la cima y más cuando el equipo mantiene todos sus elementos de peso intactos.
Lewis Hamilton tendrá material de primera para defender su título y el desarrollo de los motores pondrá el listón más alto a favor de los alemanes. Como rivales directos considero que Ferrari y Red Bull, por la misma regla de descongelación de los propulsores, tendrán el incentivo necesario para aproximarse a Mercedes AMG.
Williams tendrá que lidiar con el material proporcionado por Mercedes, de allí que la descongelación, lejos de favorecer su avance, tal vez los perjudique ya que, por lógica, Mercedes dará prioridad a su estructura oficial para experimentar con las evoluciones.
En cuanto a las demás escuderías, McLaren es una gran incógnita, y por más que sus representantes afirmen que el propulsor Honda es una “joya” primero hay que verlo correr en firme para después sacar conclusiones. Además, los demás rivales directos tienen terreno de por medio y no creo que de un día para otro McLaren Honda esté a nivel de Williams, por hacer una comparación.
Force India y Toro Rosso animarán el campeonato, alcanzando unos cuantos puntos. En cuanto a Lotus y Sauber, creo que sus consignas serán sobrevivir como sea. Aferrarse a cualquier esperanza para no desaparecer al culminar esta temporada.