Siete victorias de siete posibles. Quién iba a decir tras el abandono de Nani Roma 10 kilómetros después de tomar la salida de la primera etapa, que X-Raid iba a conseguir ejercer un dominio como el demostrado en esta primera semana. Desde luego parece que la evolución le ha sentado bien al Mini All4 Racing. Hoy Orlando Terranova ha igualado las tres victorias de Nasser Al-Attiyah en este Dakar (la restante fue la conseguida por Vasilyev) y afronta la segunda parte de la etapa maratón con la moral reforzada sabedor de que de no ser por el vuelco de la segunda etapa, Orly podría estar luchando por el triunfo final.
El Dakar llegaba al tercero de los países por los que pasa en esta edición. Tras el final de ayer con la gran duna de Iquique como escenario, la carrera ha dejado suelo chileno para llegar a Bolivia y lo ha hecho ya con las fuerzas y las listas de participantes algo diezmadas. Buen ejemplo es la categoría de coches que se ha quedado en tan sólo 80 “supervivientes” de los 137 que habían tomado la salida en Buenos Aires.
Los participantes han afrontado la etapa maratón tras la que deberán llegar por sus medios al vivac y reparar sin contar con la ayuda de sus mecánicos sus propias monturas sólo utilizando las piezas de repuesto que puedan trasportar en sus propios coches o en el de sus compañeros/vehículos de asistencia rápida. Esto ha tenido gran repercusión en la forma de pilotar de muchos de los participantes.
Sobre todo en el caso de los pilotos gregarios o que ya no optan a la victoria, los cuales han tenido que ser muy cuidadosos con los neumáticos por si acaso sus jefes de filas precisaban de uno de los suyos. Además, hombres como Despres o Poulter han cargado varias decenas de kilos extra en piezas de repuesto para permitir a Peterhansel o De Villiers poder salir a ambas etapas sin mayor preocupación que la de llegar a meta. En el caso de Peugeot, el trabajo del cinco veces ganador del Dakar ha tenido aún más peso debido a los abandonos de Carlos Sainz y del T2 que habían preparado para hacer de asistencia.
Las diferencias se han mantenido muy estables, con Orlando Terranova y Yazeed Al Rajhi tirando fuerte al frente de la carrera y con la mayoría de los vehículos de la cabeza entrando muy juntos. Uno de los principales damnificados era Nasser Al-Attiyah que como líder y ganador de la última etapa se veía obligado a abrir pista en una jornada en la que no había huellas dejadas por las motos o los quads que gozan hoy de su jornada de descanso y que habitualmente suelen ser de gran ayuda a la hora de navegar.
El qatarí se dejaba casi tres minutos con su principal perseguidor en la general, Giniel de Villiers que conseguía dar caza al volante de su Toyota al Mini de Nasser durante la especial. Tampoco le iban bien las cosas a Robby Gordon. El estadounidense comenzaba la etapa en los puestos de cabeza, pero se perdía y cedía más de 11 minutos de una tacada, viéndose obligado una día más a renunciar a su esperada victoria. Completando el podio de la etapa maratón estarían las Hilux de Al Rajhi (el cual según Toyota será hoy la primera vez que duerma en un saco de dormir) y Bernhard ten Brinke que terminarían a 2:20 y 2:48 respectivamente del tiempo del argentino Terranova.
En cuanto a la general, la ventaja de Al-Attiyah ha menguado hasta quedarse en unos exiguos ocho minutos. También Yazeed Al Rajhi, tercer clasificado, ha dado un buen bocado a Nasser, sin embargo la diferencia sobre el saudí se mantiene todavía por encima de los 20 minutos. Por su parte, Peugeot sigue sin conseguir su primera victoria con el 2008 DKR, después de que Stéphane Peterhansel haya vuelto a desaprovechar otra buena oportunidad de conseguir o al menos batallar por el triunfo.
En cuanto a los camiones, la sorpresa saltaba cuando el líder de la general, Eduard Nikolaev se dejaba más de una hora en uno de los way points. Este hecho lo aprovechaba Mardeev que se colocaba en lo alto de la clasificación de la categoría, mientras que a Ales Loprais le quedaba el consuelo de llevarse la victoria en esta etapa maratón.