Durante el Dakar 2015, muchos rumores apuntaron a la posibilidad de que esta fuese la última edición de la prueba que pasara por Chile. A pesar de que no se ha confirmado que el país sudamericano no estará en 2016, los responsables ya han dejado claro que se valorará minuciosamente la continuidad en el recorrido del rally-raid más duro del planeta. Sin David Castera, director deportivo de la carrera, Etienne Lavigne se ve obligado a llevar todo el peso de las decisiones y estudiar las alternativas para el futuro.
La primera de la que se está hablando es Perú. La inclusión de este país en el recorrido junto a Argentina y Bolivia permitiría mantener la cuota de etapas de desierto que tenemos actualmente, ya que se podría llevar la carrera a la costa peruana. Esta opción ya está siendo valorada por los equipos, e incluso Sven Quandt no oculta que si se incluye el Desierto costero de Perú, el Dakar pasaría a ser un terreno propicio para la victoria de los buggies. Sin embargo, si finalmente Chile se cae esta predicción del patrón de X-Raid puede dejar de ser correcta.
Colombia también ha entrado en las papeletas de acoger el Dakar en esta nueva etapa sobre el suelo sudamericano, aunque Brasil sigue siendo uno de los nombres que suenan con mayor fuerza ahora que tienen atado el Dakar y que están pendientes de que la FIA les deje organizar también una cita del WRC. Sin embargo, la opción de los cariocas no se contempla hasta 2017 lo que puede dejar contra las cuerdas a Lavigne y el resto de su organización junto a Peugeot Sport y su arriesgada apuesta por el 2008 DKR. Desde luego Bolivia no merece salir del plantel después de que la desastrosa etapa del Salar de Uyuni (para motos y quads) no fuese responsabilidad suya. ¿Corre peligro Argentina? Demasiados interrogantes.