Tal como sucedía en los últimos años de la década de los 80, cuando un motor turbo era capaz de sobrepasar los 1000 Caballos de potencia, el Grupo de la Estrategia se reunirá en París este jueves, junto a Bernie Ecclestone y a Jean Todt, para plantearse un radical aumento de la potencia para el 2017. Según el medio italiano La Gazzetta dello Sport la propuesta partiría de un cambio en la normativa en el cual se analizará la introducción de motores V8 2,2 litros bi turbo. Aunque desde Mercedes, su jefe de motores, Andy Cowell, ha argumentado que los actuales V6 pueden generar 1630 caballos si se permitiera alcanzar el máximo de eficiencia térmica.
Por su parte, Jean Todt, presidente de la FIA, declaró que estará abierto a escuchar las diversas propuestas para aumentar la potencia de los propulsores, pero será prioritario garantizar la estabilidad de los reglamentos técnicos en los próximos años, de allí que su primera opción sería continuar con los V6 si todos los constructores acuerdan intentar alcanzar los 1000 caballos al permitirse libertades para el desarrollo.
Sin embargo, el poco atractivo que ha generado la presente Fórmula 1 atenta contra la continuidad de los V6. No son pocas las voces que se han pronunciado contra los motores dóciles y silenciosos de la generación 2014; y el descenso de espectadores y televidentes son una evidencia irrefutable que se debería tomar en cuenta a la hora de orientar el camino de la máxima categoría.
Pero, por otra parte, diseñar y construir otros propulsores representaría un duro golpe a los presupuestos de los equipos y más preocupante aún sería observar que algún motorista se retire argumentando la inviabilidad de invertir esfuerzos y dinero en la creación de motores que en nada les favorece desde el punto de vista comercial.
En palabras de Todt:
Estoy abierto a cualquier sugerencia constructiva, pero con la condición de garantizar la estabilidad de los reglamentos técnicos. Si es posible aumentar la potencia de los propulsores V6 con las normas vigentes entonces se podría considerar como una evolución normal.
