Hasta que no se haga oficial no debemos lanzar las campanas al vuelo, pero todo parece indicar que el Mundial de Rallyes puede ser sometido a una revolución con la vuelta del Tour de Corse. El llamado rally de las 1.000 curvas ha confirmado hace una semana que entraba de nuevo en el calendario del WRC en sustitución de la defenestrada prueba de Alsacia. Pero además de su esperado regreso puede traer consigo una verdadera revolución.
Según apuntan los alemanes de Rallye Magazin, la vuelta al Ajaccio, Corte, Bastia o Poto Vecchio puede venir con un formato innovador, con un rally con únicamente cinco tramos entre los que se repartirían los 300 kilómetros contra el crono que se estipulan como límite mínimo para una prueba del Mundial de Rallyes. Recordemos que la Power Stage debe tener como máximo 20 kilómetros, mientras que una especial normal no puede superar los 70.
La prueba se compondría de un tramo de 70 kilómetros el viernes, dos el sábado (posiblemente doble pasada por la misma especial), mientras que para el domingo se dejaría otra prueba larga y la Power Stage como guinda del pastel. Con esto se conseguiría un formato compacto que es lo que actualmente buscan los organizadores de la cita corsa pero se pondrá a prueba la resistencia de los neumáticos, la fiabilidad de las mecánicas y sobre todo el estado de forma de las tripulaciones. Todavía queda mucho hasta octubre pero esto puede significar toda una revolución en el WRC.