En la madrugada del martes al miércoles su cuenta oficial en Twitter confirmó lo que desgraciadamente estaba cantado: el Campeonato de España de Fórmula 4 que debía arrancar esta temporada no tendrá lugar. Se trata de la guinda a un pastel que se venía cocinando en las últimas semanas.
El anuncio llegó tan sólo un par de horas después de que José María Rubio comunicara mediante nota de prensa su dimisión como director ejecutivo del certamen que debía devolver a España un campeonato de monoplazas nacional, tras la internacionalización de la Eurofórmula de GT Sport. Semanas antes Drivex ya había anunciado que se desligaba del proyecto.
La nota enviada por Rubio a los medios habla de cambios de última hora en el modelo del campeonato impulsados por sus inversores, además de hacer referencia al «incumplimiento del compromiso financiero». Apenas hace cinco días Diario de Navarra identificó en un artículo a los inversores como los venezolanos Atahualpa Fernández y Luis Eduardo Álvarez. Triste final para una iniciativa que con todos sus defectos se esperaba como agua de mayo en nuestro automovilismo.