Rueda de prensa esperada como pocas, hoy ha comparecido Ron Dennis ante los medios de la prensa escrita para desmentir todos los rumores que circulan y que, aun más, se agravan por la posibilidad de que Fernando Alonso no participe en la primera prueba del mundial, en Australia el 15 de marzo. En realidad, la rueda de prensa no ha sido más que eso: negar una y otra vez que haya habido descarga eléctrica, negar la presencia de lesiones cerebrales, negar (incluso) la inconsciencia del piloto por más de unos pocos segundos,…
Ron Dennis apunta como posibles catalizadores del accidente al viento, igual que en el comunicado pero aportando como dato que Fernando se quejó en las vueltas anteriores de que en esa zona la cosa estaba complicada por algunas rachas, y añadiendo un nuevo actor: el polvo sobre el asfalto en esa zona. Ha afirmado que el piloto recibió un impacto con «la mitad de G» que el coche, algo que por lo de pronto me parece una falta de respeto. Si se sugiere un dato semejante, ha de hacerse con números y dando la versión oficial, no como quien compra naranjas («ponme la mitad»).
Alonso se pasó tres días en el hospital por la falta de consciencia tras el golpe, y porque las lesiones cerebrales están en el punto de vista médico «hoy en día» y cualquier precaución es poca. Parece ser que a Fernando se lo llevaron a Oviedo porque quería correr a toda costa, y como podemos imaginar, no es posible si sufrió una conmoción cerebral.
La sensación tras la rueda de prensa es que se ha reafirmado la versión del comunicado de hace días, que se hace defensa numantina de que nada falló en el coche, de que Fernando Alonso no tiene lesiones cerebrales, y que solo correrá si los médicos lo estiman oportuno. Por lo demás, poco ambiente para generar confianza, prohibiendo la entrada a las cámaras de TV, porque solo dejaban entrar a medios impresos.
Y ya se afianza la creencia de que no vamos a saber nunca las causas del accidente de Alonso el pasado domingo.
