La temporada 2014 significó una más que clara evolución en el formato de Mundial de Turismos. Los habituales, y quizás sosos, turismos daban paso a sus hermanos vitaminados. Estética más radical y mayor potencia para conseguir revitalizar un campeonato que necesitaba un empujón tras unos últimos años de capa caída.
Pero con lo que quizás no contaba el campeonato es con el dominio tan abrumador por parte de una marca. Con mucho tiempo para desarrollar su nuevo vehículo, Citroën ejerció de dominador total a lo largo de toda la temporada y sus tres pilotos (cuatro si contamos con la presencia esporádica de Ma Qing Hua) se repartieron buena parte de las victorias a lo largo de la temporada.
Quizás lo sorprendente fuese que un «novato» como José María López superase a todo un veterano y pluricampeón como Yvan Muller. El francés, que estuvo buena parte de la temporada a remolque, no pudo con el empuje del piloto argentino que logró certificar el título en Japón.
En 2015, los Citroën volverán a partir como grandes favoritos siendo Pechito y el propio Muller los claros aspirantes. Si ahora hubiera que poner el dinero encima de la mesa, quizás apostaríamos por el piloto francés que dolido por la derrota del año pasado es más que probable que lo de todo para conseguir su quinto título.
Loeb: con hambre de más
Un paso por detrás, tal como sucedió el pasado año, estará un Sebastien Loeb que aún tiene recorrido de aprendizaje en los circuitos. Por desgracia para el, el logro de ser el primer piloto en conseguir dos mundial FIA en dos categorías distintas ya no está a su alcance (privilegio robado por Peter Solberg con su título en RallyCross) pero aún así, verlo a este nivel no deja de sorprender. Además, el piloto francés estrenará presencia en el campeonato con su propio equipo. Los dos Citroën privados estarán gestionado por SLR o lo que es lo mismo, Sebastien Loeb Racing.
Un paso por detrás, y a la espera de ver qué tal le ha sentado el invierno a los japoneses quizás más pensando en la Fórmula 1 que en los turismos, Honda tiene que dar un golpe en la mesa. Llegaron para ser campeones y en dos temporadas tan sólo han conseguido un título de marcas (superando a Lada…). Un resultado pobre tanto para Honda como para Gabriele Tarquini y Tiago Monteiro. Para el primero los años no pasan en balde mientras que para el segundo, parece que le falta esa pizca necesaria para ganar.
El Chevrolet Cruze será el vehículo con más presencia en la parrilla pero sin contar con un piloto capaz de dar la campanada. Tom Coronel, Tom Chilton son sus opciones más claras. El resto, una mezcla de pilotos jóvenes mezclados con el regreso de Stefano D’Aste al campeonato. Aspirarán a ganar carreras pero difícilmente lucharán por el campeonato.
¿Será Lada el patito feo?
Mención especial requieren el equipo más exótico del campeonato. Lada abandona el vetusto y difícil de mirar Granta para dar paso al mucho más agradable Vesta. Los rusos seguirán confiando en los británicos Rob Huff y James Thompson (además de un tercer piloto ruso, Mikhail Kozlovskiy) con la esperanza de dar un salta de calidad. El problema es que el desarrollo del nuevo vehículo llega un poco con el tiempo justo. Todo lo contrario que los todopoderosos Citroën.
Entre los privados podemos destacar el regreso de Rickard Rydell al campeonato de la mano de NIKA Racing con un Honda Civic. Tras su frustado paso por el V8 Supercars, el sueco regresa a un campeonato que no es nuevo para el. Dusan Borkovic cambia el Cruze por el Civic de Proteam mientras que a su vez el luchador Mehdi Bennani abandona el equipo italiano para pilotar uno de los C-Elysée privados de Sébastien Loeb Racing.