Fue la comidilla previa a las Daytona 500, la prueba inaugural de la temporada de la NASCAR y la cita más importante de la temporada. Kurt Busch se bajaba del asiento de su coche tras ser sancionado por la NASCAR de forma indefinida por dañar la imagen de la competición. Su culpa, la causa que tiene abierta contra su mujer por la que es acusado de malos tratos.
El campeonato norteamericano tiene un estricta política de comportamiento para los pilotos y ésta se ocupa tanto lo que ocurre dentro como fuera de la pista. En este sentido, en Estados Unidos quizás vayan un paso por delante. La competición está por encima de los pilotos y cualquier acción que pueda influir directamente en su contra es castigado.
¿Veríamos con buenos ojos en el viejo continente acciones como esta? En las motos, categoría que en España goza de un seguimiento y una afición mayor que en las cuatro ruedas, tenemos claros ejemplos de comportamientos inadecuados.
Por citar un par de ejemplos, Héctor Barberá fue condenado por malos tratos (en este caso hay que aclarar que fueron mutuos y su novia también fue condenada) en 2013 mientras que Aleix Espargaró fue parado por la Guardia Civil (por saltarse un stop) cuando ya no le quedaban puntos en su carnet.
Otro caso evidente de mala conducta, en este caso también al volante, fue cuando Lewis Hamilton decidió dar un espectaculo a los aficionados del Gran Premio de Australia en plena calle con un festival de donuts. El británico fue parado por la policia y acusado de conducción temeraria para posteriormente verse las caras con el juez. ¿Hubiese sido demasiado castigo que la Fórmula 1 impidiese a Hamilton disputar ese gran premio? Quizás sí. Pero, y sí en esa demostración de pilotaje hubiese resultado herida alguna persona…
Al igual que los pilotos cuentan con un carnet por puntos que pierden por cada acción dentro de la pista, no debería ser descabellado que esos mismos puntos, o incluso contando con un carnet paralelo, se pudisen perder por acciones en la vida privada. Tal y como sucede en los Estados Unidos. Los pilotos de Fórmula 1, al igual que los pilotos de motociclismo, son un ejemplo para muchos aficionados y la mala imagen daña a su deporte.
