El Rally de México siempre ha sido una prueba atípica, pero lo cierto es que la edición de este año también se ha salido de lo normal. Si sobre el papel se esperaba que Sébastien Ogier estuviese fuera de la nomina de teóricos candidatos al triunfo final, lo cierto es que el galo se enganchó a la lucha desde el primer momento, realizando en conjunto uno de sus mejores rallyes, sin prácticamente errores y sin ser demasiado exigido por sus rivales. En resumen, tercera victoria consecutiva en lo que llevamos de 2015 (cinco si tenemos en cuenta las dos últimas de 2014). El de Gap se ha convertido en el tercer piloto con más triunfos del WRC, 27, sólo superado por Loeb y Grönholm.
Y es que la exhibición del bicampeón del mundo no fue necesaria en esta ocasión. A pesar de tener que abrir pista el viernes y el sábado, acertó con la elección de neumáticos y cuando el resto quiso copiarle la estrategia ya no era necesario ya que la ventaja de Ogier era lo suficiente como para no tener que arriesgar. En ese momento, sus contrincantes se dieron cuenta de que el tiempo se les echaba encima y arriesgaron más de la cuenta.
El viejo Jari-Matti Latvala también en 2015:
Entre ellos, Jari-Matti Latvala. El finlandés llegaba a México con la presión de que era allí, en la cita norteamericana donde debía recortarle algo la diferencia a su compañero de equipo. Ir a Argentina sin una victoria no era un escenario que se pudiera contemplar en la cabeza de Latvala y con ello y sabiendo que no se podía volver a permitir un error que le dejara fuera de carrera se plantaba en la salida. El primer día no nos dejó ver el pilotaje del piloto nórdico. Tan sólo dos scratch al final de la jornada del viernes le permitieron terminar el día con esperanzas de poner nervioso a Ogier.
Sin embargo, el sábado cavó su propia tumba. Tras ver que no era capaz de sacarle diferencia en la primera especial, Jari-Matti no supo decidir entre arriesgar y atacar o conservar y esperar un error de Sébastien. Algo que le hizo dudar en una curva y en vez de pasar por encima del agujero, cambió la trayectoria a una más conservadora que le llevó a chocar contra un pequeño muro de tierra arrancando su rueda trasera izquierda. ¿Consecuencia? Cero puntos en un rally en el que el objetivo era 25. Ogier hacía una actuación perfecta, con todas las letras y se llevaba victoria y power stage ampliando su ventaja con el finés hasta los 62 puntos.
Ni el psicólogo, ni el secreto descubierto por Latvala durante el Rally de Suecia han servido (este último dice que le ayuda en asfalto más que en tierra) y esto le ha hecho cambiar después de sólo tres pruebas su intención inicial de luchar por el título. Rememorando a aquel piloto de Ford, ha perdido gran parte de las opciones nada más comenzar y ahora debe ir rally a rally. El subcampeón de 2014 está tocado y hundido. Por delante dos semanas de vacaciones, veremos si en Argentina está la mejor versión o la insulsa a la que nos tiene acostumbrados durante este inicio de campaña.
Del resto, pocos se salvan de la quema:
Lo cierto es que el rally del resto tampoco estuvo a la altura, al menos a la de nuestras expectativas. Andreas Mikkelsen tuvo en su contra que no conocía prácticamente el rally, mientras que en Citroën seguimos esperando a que Kris Meeke deje de cometer errores para entrever si es una apuesta de futuro o no. Su compañero, Mads Ostberg, estaba decidido a terminar una prueba en la que la dios fortuna nunca le ha sonreído. A Thierry Neuville por su parte le pudo la fogosidad al verse de nuevo tan cerca de Ogier. De todas formas, el Hyundai en manos del belga parece ser aún más competitivo y de no ser por los errores y que el coche nuevo no llegará hasta el Rallye de Alemania, podría ser el heredero del título a “principal rival en la lucha por el título”.
En cuanto a M-Sport, de nuevo muy discretos sus pilotos. Elfyn Evans volvía a su táctica de primera mitad de 2014; terminar rallyes como único objetivo. Todo lo contrario el caso de Ott Tänak. El estonio, aconsejado por Markko Martin vuelve por sus fueros y ya ha cosechado dos salidas de pista en tres rallyes. Si bien es cierto que aquí al equipo de Malcolm Wilson parece que le importaba más los minutos de televisión que iban a capitalizar gracias a la zambullida de Tänak y entraron al trapo con bromas como la de TiTänak en lugar de sentarse a hablar seriamente con su pupilo. El talento y rapidez es indiscutible, pero sigue teniendo que terminar rallyes. Eso sí, el mal rato al equipo no se lo quita nadie. 17 minutos sin conocer el estado de tu piloto y copiloto es algo que nadie puede desear ni a su peor enemigo.
Para finalizar el repaso a los pilotos del WRC, hablar sobre la actuación solida de Dani Sordo en una superficie que nunca ha sido su fuerte. El cántabro hacía un rally basado en la regularidad, sin apenas errores y con algún crono destacable, pasándole mucha factura los problemas con la caja de cambios y el posterior pinchazo. Una lástima, porque se había propuesto pelearle el cuarto puesto a Evans. Argentina será una prueba más adecuada para valorar el nivel del piloto de Hyundai una vez ya esté recuperado al 100% de su lesión. Por su parte, Robert Kubica cumplió con varios tiempos competitivos, sin embargo, un nuevo accidente nos permitió ver más de él. Junto a Martin Prokop fueron los dos mejores privados desplazados, mientras que poca cosa pudimos ver del local, Benito Guerra, al que una vez más su inactividad le pasa factura. Esperemos que pueda cerrar su programa y competir también en Portugal y Polonia.
RRC vs R5. Lucha desigual en WRC2:
Al que seguro que sí veremos en la cita lusa es a Nasser Al-Attiyah. El vigente campeón del WRC2 y ganador del Dakar 2015 debutaba en México y lo hacía con una valiosa victoria después de que Yurii Protasov tuviera que abandonar cuando tenía encarrillado el triunfo. Una vez más, lo desdeñable de la categoría fueron las grandes diferencias entre los RRC y los R5 cuando la importancia del motor entró en juego. Con la altura y los desniveles, los Ford Fiesta RRC estuvieron en otro planeta (ni Fuchs ni Ketomaa pudieron ni acercarse) y esto es algo que la FIA debe solucionar cuanto antes si no quiere que su segunda división se venga abajo prematuramente debido a que la mayoría de los participantes no pueden permitirse un Regional Rally Car.