No importa la cantidad de buenas cosas que nos traiga una nueva temporada de Fórmula 1, que siempre tiene que haber algo, o alguien, que amargue la pacífica existencia del aficionado. En este caso, el bochornoso caso de Sauber contra Giedo van der Garde está dando mucho, demasiado, que hablar y eso perjudica a la F1. No solo porque un juicio nunca es buena prensa, sino porque este caso pone en evidencia la miseria de la Fórmula 1 actual: pesan más los millones que el talento, y además, pesan mucho más que el honor y la firma. A Nico Hulkenberg no le tiembla el pulso al hablar de su ex-equipo, y deja claro que lo único que quiere van der Garde es aquéllo por lo que firmó. Y mira, yo estoy muy de acuerdo en eso, por mucho que la imagen de Giedo quede tocada a la hora de buscar otro asiento.
Lo que yo veo es que firmaron cuatro pilotos, pero hay sólo dos coches. Eso está mal. Giedo quiere lo que se prometió y lo que estaba firmado y pagado, y ese es su derecho. No me sorprende porque sé cómo es la gente [en Sauber], sé cómo era en el pasado. Ellos estaban desesperados por un poco de dinero para sobrevivir, que es tal vez un problema general de la F1, pero aún así eso no es forma de hacer negocios, ni de jod*r a la gente.
Duras palabras de Hulkenberg, pero en realidad, tiene toda la razón. El problema no es que van der Garde haya pagado, o no, para estar en el coche; el problema no es que Ericsson, o Nasr sean mejores o peores, o que Adrian Sutil también se quede en la calle. El problema es que Sauber ha querido jugar al overbooking y quedarse con los que más billetaje le iban a soltar, y le salió rana con Giedo, con denuncia de por medio.
Es una pena que a van der Garde seguramente se le cierren todas las puertas, pero creo que ha defendido lo que firmó, y me parece lícito. Y para colmo, lo peor del asunto es el intento barato de esgrimir la seguridad como motivo para no subir al holandés, algo que hasta el propio Button ha comentado (algo escandalizado, o al menos, sorprendido):
Lo que más me sorprende son los comentarios de Sauber diciendo que es un problema de seguridad que él conduzca el coche. Para mí es una pena/vergüenza que hayan ido en esa dirección, ya que la seguridad es siempre una preocupación en los deportes de motor y no se debe tomar a la ligera. Personalmente, creo que el que [Giedo] pilote el monoplaza no es un problema de seguridad. Creo que es injusto utilizar eso contra Giedo.
Lo dicho, que van der Garde se haya cerrado las puertas futuras en otra escudería parece cosa hecha, pero la zafiedad de Sauber, en este caso, creo que también está fuera de toda duda, sobre todo sabiendo que el juez ha dado la razón al piloto. Es una demostración como la copa de un pino que, hoy, en la F1, los pilotos importan según los kilos de billetes que aportan.
Vía | Motorsport