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Gran Premio de Australia 1989: Thierry Boutsen y los demás

Cuando el gran circo de la Fórmula 1 llegó a Adelaida para el Gran Premio de Australia de 1989, la categoría reina se encontraba en una situación muy tensa. Con la posibilidad de que Ayrton Senna fuera reinstaurado en el Gran Premio de Japón y mantuviera su victoria, el título aún no se había decidido. Quizás por ello la dramática lluvia que cayó el domingo y que obligó a la organización a dar una sesión extra para que los pilotos encontraran los reglajes fue aún más peliaguda.

De hecho, la lluvia fue espectacular por sí sola. Varios pilotos sufrieron aquaplanning en la sesión extra de entrenamientos dominical incluso en la vuelta de salida de boxes. Al final y a pesar de las protestas de varios pilotos, la carrera comenzó. Todo esto, con la gran mayoría de participantes en contra de la disputa del gran premio, incluyendo un silencioso Senna que creía que el circuito estaba demasiado inundado pero que decidía competir por seguir su contrato y por aferrarse a sus remotas opciones de título.

Partiendo desde la pole position, Senna fue superado en primera instancia por Alain Prost pero el francés no frenó tan tarde como su rival en la primera curva y el brasileño recuperó el liderato. Justo por detrás, Pierluigi Martini, que había clasificado en una excelente tercera posición, hacía patinar las ruedas de su Minardi tras la primera chicane y era superado por Alessando Nannini. La lucha entre los dos McLaren duraría poco ya que el accidente sufrido por Jyrki Järvi Letho -el popular JJ- causó la salida de la bandera roja y con ello la retirada de Prost.

El piloto francés había avisado antes de la salida que solo daría una vuelta, empezando la carrera para cumplir contrato y luego retirándose. La bandera roja le daba la mejor excusa para finalizar su temporada de 1989. En privado, Senna reconocería más adelante que la decisión de su rival era la más sensata. Sin Prost, la segunda salida tuvo lugar con varios coches en el pit-lane tras calar al partir para la vuelta de formación. Senna no tendría ningún rival en el momento de la salida pero Martini realizó una salida espectacular y a punto estuvo de tomar el liderato de la prueba.

Por detrás, Nannini esta vez no tuvo tanta fortuna como en la primera salida y fue adelantado por ambos pilotos de Williams. Senna tomó nueve segundos de ventaja tras la primera vuelta pero ello se debía en parte a que Martini estaba ralentizando el ritmo del grupo perseguidor. Con peores neumáticos de agua, pronto fue adelantado por Thierry Boutsen, Riccardo Patrese y Nannini. El primer abandono fue el de René Arnoux, que había anunciado su retirada de la Fórmula 1 y estaba realizando una buena remontada bajo la lluvia.

Pero tras una espectacular sucesión de trompos de Senna antes de la última curva, las cosas iban a cambiar. El brasileño solo había perdido cuatro segundos pero en un movimiento de doblaje a Nelson Piquet y Martin Brundle, cometió un error de cálculo y golpeó al británico, quedando ambos fuera de carrera. Entre este y otros varios abandonos en el espacio de dos vueltas, los Williams quedaban en primera y segunda posición, justo por delante del Benetton de Nannini. Sorprendntemente, con tantos abandonos en los primeros giros, la carrera se tranquilizó.

 

Tras pasar el ecuador de carrera, no hubo más abandonos, siendo el último el de Eddie Cheever en la vuelta 42 de las 80 programadas. Los supervivientes pilotaban con un cuidado extremo, centrándose más en llegar a meta que en ganar. Aún así, Boutsen controló la carrera con maestría y solo llegó a ver amenazado su liderato cuando Emmanuele Pirro con el Benetton le obstruyó a la hora de ser doblado, ayudando. Casi les funciona la táctica para que Nannini pudiera optar a ganar, pero tras consumar el doblaje, el belga volvió a escaparse.

Tras el sorprendente pero merecido ganador -que conseguía su segunda victoria del año-, Nannini fue segundo con Patrese tercero. Este último pilotó con cautela sabiendo que esta posición le permitía superar a Mansell en el campeonato de pilotos y no necesitaba arriesgar. Quien sí arriesgó fue el cuarto clasificado, Satoru Nakajima. El piloto japonés siempre se sintió incómodo en los circuitos urbanos y bajo la lluvia pero en Australia estuvo a la altura de los mejores. Tras trompear en la primera vuelta, fue más rápido que nadie y remontó hasta ser cuarto, cerca del podio, marcando la vuelta rápida en el proceso; una vuelta rápida en el 64º giro que es el origen del dorsal 64 de los coches de Nakajima Racing.

Tras 70 giros, las dos horas reglamentarias habían pasado por lo que se dio por terminada la carrera. Tras los cuatro primeros, Emmanuele Pirro y Pierluigi Martini completaron la zona de puntos con Maurício Gugelmin y Stefano Modena en pista pero sin recompensa. En cuanto al título, finalmente Senna no fue reinstaurado en el Gran Premio de Japón, Alain Prost era el nuevo campeón del mundo y la próxima vez que la Fórmula 1 llegara a Adelaida, muchas cosas habrían pasado…

 

 

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