Los primeros rumores indicaban que la causa por la cual los coches de Manor Marussia no habían salido a correr en las primeras sesiones libres del Gran Premio de Australia era la ausencia del software del motor Ferrari, así que todos los dedos acusadores apuntaron a la casa de Maranello como los responsables de la travesía estéril del equipo dirigido por Graeme Lowdon. Sin embargo, Maurizio Arrivabene, jefe de Ferrari, aclaró que la situación no es tan sencilla ya que el ex propietario de Marussia, Andrey Cheglakov, vendió la escudería sin cancelar una deuda pendiente con Ferrari, de allí que, ante la solicitud de más productos y servicios a crédito, Arrivabene haya pronunciado la expresión «No money, no honey».
El año pasado, Marussia se declaró en bancarrota e inclusive algunos bienes llegaron a subastarse, sin embargo todavía está insolvente con algunos de los proveedores, incluyendo Ferrari, y esa es la principal piedra de tranca para Manor Marussia. Lowdon explicó que están contentos con el material suministrado por Ferrari, pero hay otros problemas inmediatos ya que la llegada del software no garantiza que los coches puedan salir a la pista y rodar con seguridad.
En tanto, Maurizio Arrivabene manifestó a la prensa.
Hay que explicarlo muy bien para que se entienda. Acá estamos hablando de dos empresas diferentes. Hay una que todavía nos debe dinero y hay otra totalmente nueva con la que también mantenemos una sociedad. Hacemos todo lo posible para apoyar a esta nueva empresa, el nombre Manor tiene buena reputación, pero igual hay que proteger los intereses de Ferrari, así que sin dinero no hay miel. Aclaro, no tenemos problema alguno con Manor y no les hemos negado nada, simplemente hay varios aspectos legales que deben tramitarse en orden.
Vía | speedweek