Los franceses enfrentan problemas por varios frentes, por una parte su cliente insignia, Red Bull Racing, critica de forma negativa el propulsor V6 de esta temporada, enfatizando en su poca potencia y su extrema fragilidad, todo un lastre para una escudería acostumbrada a ganar. Por otra parte, la introducción, en el 2017, de un nuevo Reglamento Técnico referente a los motores, en el cual se permitirá la generación de 1000 caballos de potencia con un consumo de combustible limitado, trae de cabeza a los ingenieros de Renault. En tal sentido, Remi Taffin declaró que es necesario mantener las reglas estables por varios años porque los costos y los riesgos no los asumen los jerarcas de la FIA sino los involucrados en las carreras.
El jefe de Renault Sports F1 indicó que le resulta preocupante implementar tantas modificaciones técnicas, con el argumento de mejorar el espectáculo en pista, en espacios de tiempo tan cortos. Todavía los V6 actuales, con tecnología muy compleja, no se han desarrollado a plenitud y ya se aspira una nueva generación de propulsores, la cual debería estar lista a mediados del año que viene. Explica que han invertido muchas horas y recursos para mejorar los motores de esta temporada y les resulta desagradable abandonar tal tecnología para iniciar el diseño, construcción y desarrollo de otros propulsores y sistemas afines.
A Renault le gustaría permanecer en el espíritu del reglamento actual, ya hemos trabajado durante años en este motor. Es una pena que se abandone esta tecnología para enfocarnos en otra dirección y dejar todo a medias. Queremos que nos tomen en cuenta, queremos estabilidad. Con las fichas podemos avanzar durante tres o cuatro años, pero no tendría sentido gastar tanto si hay que presentar un motor nuevo y diferente en el 2017.
Vía | toilef1
