Parece que la situación entre Red Bull y Renault es irreconciliable. Los responsables de la escudería ya no se muerden la lengua y culpan a la firma del rombo de todos los problemas sufridos durante el pasado Gran Premio de Australia, incluso apuntan a que el problema con la caja de cambios en el RB11 de Daniil Kvyat vino provocado por las vibraciones que produjo el propulsor galo. Y lo cierto es que en Renault tampoco parecen estar dispuestos a soportar el “chorreo”.
Mientras que Cyril Abiteboul pide respeto a Christian Horner y Helmut Marko tras cuatro años arrasando por las pistas con una coalición que parecía imparable, en Red Bull vuelven a estar llamando a la puerta del Grupo Volkswagen a la espera de que le dejen entrar. Según las informaciones de Nextgen-Auto, actualmente el contrato entre Dietrich Mateschitz y Renault es para los dos próximos años, pero no parece que en la formación con sede en Enstone estén dispuestos a aguantar esta situación.
Por su parte, Audi sigue sin reconocer ningún tipo de interés por entrar en la Fórmula 1, ni tan siquiera como proveedor de motores. Se rumorea que Domenicali, ahora en la firma de los cuatro aros, estaría a favor de dicha colaboración con Red Bull a partir de 2017, pero habrá que ver cómo evolucionan los contactos. Lo que parece que no se verá afectadas son las conversaciones por la compra de Toro Rosso por parte de Renault Sport. Hace un mes ya comenzaron las mismas en Faenza e incluso se habla de que uno de los asientos del “futuro equipo” francés podría continuar acogiendo a aquellos pilotos salidos del programa de jóvenes pilotos de la firma austriaca.