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¿Italia, Bélgica y España seguirán los pasos del Gran Premio de Alemania?

Una amenaza se cierne sobre Europa. El insaciable Bernie Ecclestone, como si de un insaciable Godzilla sigue buscando sacar el máximo de dinero posible y este año no le ha importado cargarse el Gran Premio de Alemania a pesar de llevar más de medio siglo siendo una constante en el calendario del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Esto no es sólo una mala noticia para los germanos, sino que también para el resto de países europeos cuyas economías no están tocadas por la varita dorada del petróleo.

Únicamente quedan en el calendario ocho pruebas en el viejo continente, tres de ellas han atravesado problemas económicos durante los últimos años. La primera de ellas es Italia. El circuito de Monza se ha visto perjudicado por la decisión de los organismos gubernamentales de retirar la exención de ciertos impuestos que implicaban al Templo de la Velocidad. La broma asciende a 1,5 millones de euros, algo que se convierte en una piedra más con los rumores que hablan que Ecclestone tiene previsto subir el canon a los italianos de 12 millones de euros (son los que menos pagan) a casi 20 millones.

El contrato entre FOM y los organizadores del GP de Italia acaba este año y aunque se están manteniendo conversaciones entre ambas partes, parece que las conversaciones están un tanto estancadas debido a que Bernie sigue enrocado en su versión circense de cobrador del Frac. Si Italia es la que peor pinta tiene, Spa-Francorchamps y Montmeló están a la espera de saber cuál es el precio final de su nuevo canon. Ambas terminan contrato a finales de 2016 y ambas en el pasado tuvieron que renunciar a organizar sus Grandes Premios debido a que era inviable económicamente hacerlo todos los años.

Actualmente y tal y como informan los portugueses de AutoSport, los organizadores del Gran Premio de España tienen que hacer frente a 16 millones de euros al año, mientras que los belgas tienen que desembolsar 19. Sin el apoyo de las instituciones y con los inversores un tanto reacios a hacer frente tan elevados gastos en una época en la que arriesgarse suele suponer perder dinero, el panorama para los circuitos europeos es cada vez más negro.

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Iván Fernández

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