En una nota de prensa escueta, al grano, McLaren-Honda tuvo el placer de anunciar que Fernando Alonso estará en Malasia, y se montará en su MP4-30 si pasa el reconocimiento médico de la FIA pertinente el jueves, en el circuito. Por fin, tras el ok de los doctores ayer domingo, se hace oficial el regreso del asturiano a las pistas, un regreso esperado en lo deportivo, pero más todavía por ver esa rueda de prensa el jueves. Estamos seguros, y así lo dijimos hace días, de que Alonso será el centro de todas las preguntas y miradas ese día, en esa rueda de prensa oficial.
En el comunicado se insiste en que, desde su accidente el pasado 22 de febrero, Alonso «ha seguido un riguroso programa de entrenamiento especializado, diseñado y vigilado por especialistas deportivos para asegurar su seguridad, y su regreso puntal a la competición«. Nada nuevo si seguimos el Twitter del asturiano, que ya nos tiene acostumbrados a ir contando sus entrenamientos. Esta vez sí que hemos visto un entrenamiento de menos a más, pero está claro que el «suelo» de entrenamiento de Alonso queda algo por encima de mis capacidades más optimistas.
Además de esta información, resulta interesante saber que tras su paso por el simulador y su actualización a las nuevas mejoras y novedades de la unidad de potencia de su coche, se ha reunido con los ingenieros senior, discutiendo los detalles de su accidente, analizando los datos recabados y los análisis, y que todo ello ha sido compartido con la FIA.
Como los datos de telemetría no han arrojado nada evidente acerca de la causa final del accidente, y Fernando fue capaz de «rememorar» una especie de «dirección pesada» (heavy steering, en el original), en McLaren han decidido añadir un sensor más al coche para aumentar la adquisición de datos en tiempo real. Con todo esto, el comunicado termina mencionando las ganas de Alonso por volver a las pistas, algo que creo que nadie duda (salvo quien piensa en megaconspiraciones).