La IndyCar comienza este fin de semana su temporada 2015 en St. Petersburg. Un inicio de campeonato que va a ser interesante porque por primera vez en muchos años veremos diferencias reales a nivel aerodinámico entre los equipos participantes. Esto nos hace recordar otra época en la que la IndyCar tenía mucha más variedad en pista y en la que vivíamos duelos de pilotos de gran calibre. Como Nigel Mansell, que debutó en la categoría con victoria en Surfers Paradise en 1993.
Tras proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 con Williams en 1992, el piloto británico dejó la categoría reina. Frank Williams fichaba a Alain Prost y Mansell no quiso volver a ser compañero de equipo del francés tras la experiencia en Ferrari en 1990. Sin volante competitivo en la Fórmula 1, Mansell decidió que había tenido suficiente y que se iba a Estados Unidos. ¿Su destino? El equipo Newman-Haas, reemplazando a un Michael Andretti que a su vez se dirigía a la Fórmula 1 con McLaren.
Mansell tendría un volante competitivo pero nadie estaba preparado para verle hacer lo que haría en su primer fin de semana en la IndyCar, al volante de un coche que apenas conocía en un circuito donde nunca antes había pilotado. Un escenario de ensueño, el circuito de Surfers Paradise en Australia era -y es- un trazado espectacular, desafiante y un lugar ideal para comenzar el campeonato. Al volante de un Lola-Ford con su tradicional número cinco de color rojo -Red Five-, el león de Inglaterra marcó la pole position.
La primera pole de su estadía en la IndyCar llegó con un registro que terminaba en 555 milésimas. Casi parecía augurar que el año iba a ver ese dorsal a menudo en la zona alta. Tres décimas fueron las que Mansell le sacó a Emerson Fittipaldi y seis a Paul Tracy, los dos piloto del todopoderoso equipo Penske. La expectación por ver a Mansell en la IndyCar era enorme y hubo una cantidad espectacular de pases de prensa emitidos, solo superada por el número de periodistas en las 500 millas de Indianápolis.
En la categoría más importante de monoplazas en América, Mansell se encontraría con exrivales contra los que había competido en el pasado en la Fórmula 1 como el propio Emerson Fittipaldi, Mario Andretti, Teo Fabi, Eddie Cheever, Roberto Guerrero y Stefan Johansson. La mezcla de talento de la Fórmula 1 con grandes de la IndyCar como Paul Tracy, Robby Gordon, Scott Goodyear, Raul Boesel, Jimmy Vasser o Al Unser Jr era algo digno de mención y recuerda la que es considerada por muchos como la edad de oro del campeonato.
En la salida, los dos Penske de Fittipaldi y Tracy sorprendieron a Mansell y se situaron en cabeza. También Robby Gordon se situó por delante del campeón en título de Fórmula 1 tras pocas curvas. Inicialmente parecía que la chispa de los entrenamientos clasificatorios se había apagado en carrera pero tras los problemas eléctricos de Tracy, Mansell rugió como el rey de la selva que era y recuperó la segunda posición de Gordon. El piloto de Newman-Haas se impuso con claridad tras estar delante toda
El duelo prometía emociones fuertes entre dos campeones de la Fórmula 1 pero la presión de Mansell tardó poco en tener éxito. Tras un adelantamiento fiel a su estilo con ambas ruedas bloqueadas durante una larga frenada, el debutante se situó en cabeza y solo soltó su posición deseada durante los momentos de bailes en los boxes. Mansell mandó hasta el final y se impuso en la que era su primera carrera en la IndyCar.
Camino a esa victoria, se permitió el lujo de sumar hasta la vuelta rápida. Gracias a esta actuación, Mansell se convirtió en el primer piloto en marcar la pole position y ganar en su debut en la IndyCar, superando el récord de Graham Hill. El bicampeón del mundo ganó su primera carrera en el entonces llamado campeonato USAC, imponiéndose en las 500 millas de Indianápolis de 1966.
La temporada, la completaría con seis poles más y cuatro victorias adicionales para un total de siete y cinco respectivamente y para cuando esta llegó a su fin, Mansell era campeón de la IndyCar y llegó a ser el campeón en título de la Fórmula 1 y la IndyCar a la vez. Lo había logrado en su temporada de debut tras una carrera en Surfers Paradise que ya dejaba ver que «The Lion» iba a volver a triunfar.